Todo hacía indicar que Peñarol había logrado su cometido de jugar sin visitantes en el Estadio Campeón del Siglo la vuelta frente a Botafogo por la semifinal de la Copa Libertadores. Las gestiones del aurinegro, de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) en diálogo con Conmebol y el propio acuerdo entre clubes en este aspecto hacía pensar que, a horas del partido, existía la posibilidad de que se juegue solo con público locatario.
Pero todo cambió ya entrada la noche y mientras muchos dirigentes del aurinegro tenían los ojos puestos en el Palacio Peñarol porque el Mirasol enfrentaba a Aguada por la Liga Uruguaya de Básquetbol.
Rápidamente, el fútbol volvió a copar la escena por un comunicado de Conmebol que llegó dirigido al presidente de la AUF, Ignacio Alonso, pero que tocaba directamente a Peñarol porque el organismo solicitó la presencia de hinchas de Botafogo en el Estadio Campeón del Siglo.
Nicolás Martinelli, ministro del Interior, había informado a través de un comunicado que: “Ante los incidentes violentos ocurridos en Río de Janeiro durante el partido de ida de la Copa Libertadores entre Peñarol y Botafogo, decidimos prohibir el ingreso de los hinchas de Botafogo al Estadio Campeón del Siglo para el partido de vuelta en Montevideo. Esta medida responde a razones de seguridad y busca evitar posibles represalias que podrían desencadenar nuevos disturbios entre las hinchadas de ambos equipos”.
Dicho comunicado, que no cayó bien en Botafogo y llevó a que la Confederación Brasileña de Fútbol se comunicara directamente con Conmebol, llevó a que los presididos por Alejandro Domínguez se pusieran firmes en la disputa del partido con público de ambos equipos o, en caso contrario, reservarse dos decisiones pesadas: “establecer que el partido de semifinales se juegue sin público, o trasladar el partido a otro territorio, conforme a lo dispuesto en el Art. 4.2.2 del Manual de Clubes”.
“En otras ocasiones el Ministerio del Interior ha calificado los partidos del Club Atlético Peñarol de alto riesgo, habiendo el Club tomado las medidas de seguridad y logística requeridas para llevar a cabo el partido en estricto cumplimiento a lo establecido en el Reglamento de la Competición”, indica el comunicado.
“La notificación (de jugar el partido sin hinchas visitantes) debió ser emitida con al menos ocho días de anticipación a la fecha del encuentro. Aproximadamente 1.600 entradas ya han sido vendidas a los seguidores de Botafogo, quienes, en su mayoría, ya se han desplazado a la ciudad de Montevideo”, agrega y además pone como plazo para que Peñarol tome una decisión hasta las 10:00 de esta jornada.
Es por ese motivo que desde las 08:45 de hoy se realizará un Consejo Directivo de carácter urgente para que la dirigencia aurinegra tome una decisión respecto a este ultimátum que dispuso Conmebol.
La molestia de Botafogo, la respuesta de Ruglio y el análisis del Ministerio
Botafogo emitió un comunicado en sus redes sociales donde mostró sentirse “sorprendido” por la resolución de que no puedan ir sus hinchas al encuentro ante Peñarol en el Estadio Campeón del Siglo, desde la hora 21:30, por la semifinal de vuelta de Copa Libertadores, lo que además llevó a que mantuviera un diálogo activo con la Confederación Brasileña de Fútbol para que intercediera con Conmebol.
El texto estableció que el club brasileño está en “total desacuerdo con las decisiones de las autoridades uruguayas”. “El club considera que Uruguay es un país que tiene todas las condiciones para garantizar que el duelo se pueda desarrollar con total seguridad. Botafogo también reafirma que está en contra de cualquier tipo de violencia y que valora una disputa justa en la cancha”, añade.
“Una decisión unilateral como esta sienta un precedente muy peligroso para la competición ya que el criterio de ‘falta de seguridad’ podría ser utilizado por cualquier otra asociación para impedir que los aficionados visitantes accedan a los partidos de la CONMEBOL. Botafogo cree que un club que no garantiza la seguridad de los aficionados visitantes no puede beneficiarse de sus propios fracasos”, manifestó en un comunicado.
Por la misma vía respondió Ignacio Ruglio, presidente de Peñarol y manifestó: “Peñarol insiste a Conmebol que quiere jugar en su estadio y con su gente. No fue Peñarol ni su gente los responsables de todo lo sucedido en Río. La gente de Peñarol solo se defendió de los ataques en toda la ciudad a todas las horas. Queremos jugar en nuestro estadio y con nuestra gente”.
“Vamos a solicitar todos juntos nuestro derecho a jugar con nuestra hinchada. Esa misma hinchada que fue victima de zonas liberadas (hay material de videos) en Río y que NO provocó este ambiente que se generó el miercoles pasado. Peñarol defenderá su derecho de jugar con su hinchada este partido de semifinales de Copa Libertadores. Ya sufrimos demasiados atropellos en Brasil para que también ahora nos obliguen a jugar de otra forma”, manifestó.
Por último, también dio a conocer que en la noche del lunes, tras el comunicado de Conmebol, “el Ministro nos informa que volverá a responder a Conmebol de forma rotunda que no va a permitir al publico visitante ingresar al CDS a causa de varias informaciones que inteligencia en el deporte les ha brindado. No es una decisión de Peñarol, es una decisión del Ministerio fundamentada en el clima de guerra que creó Botafogo en Río de Janeiro con su hinchada emboscando el punto de encuentro que fue una ‘zona liberada’ y lastimando familias con niños y mujeres en las inmediaciones de su estadio antes y después del partido”.
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