Redacción El País
El debut de Peñarol en esta edición de la Copa Libertadores tuvo consecuencias más allá de lo deportivo, a raíz de los incidentes en el estadio Gigante de Arroyito previo y durante el partido ante Rosario Central.

Hubo disturbios entre los hinchas de los dos equipos con intercambio de proyectiles (los locales dejaron caer una reja sobre la gente de Peñarol, entre otras cosas), problemas en el ingreso de la hinchada visitante por el reducido espacio que dispuso el local, y una pedrada desde la tribuna local al final del partido que impactó en el rostro de Maximiliano Olivera, que completó el papelón en la cancha de Rosario.

Tres semanas después, se conoció la sanción para los dos clubes. Peñarol fue multado con US$ 25.000 por el comportamientos de sus hinchas e Ignacio Ruglio con otros US$ 5.000. Del otro lado, Rosario Central y su presidente también fueron sancionados económicamente, pero además con un partido de local sin público, que lo cumplirá el martes 7 de mayo cuando reciba al Atlético Mineiro.

Por otro lado, la sanción impuesta por Conmebol también incluyó cerrar parcialmente la Tribuna Sur del Gigante de Arroyito para el partido ante Caracas de Venezuela en la quinta fecha, con el objetivo de que sólo sea ocupada por los hinchas visitantes.

Asimismo, la sanción económica para el equipo argentino es mayor a la de Peñarol. Corresponde a U$S 50.000, además de otros U$S 5.000 a su presidente Gonzalo Belloso, que protagonizó un insólito cruce con Ruglio una vez terminado el partido y en plena cancha.

Sin embargo, el comunicado no especifica nada acerca de los partidos de Rosario Central como visitante, por lo que se puede presumir que sus hinchas tendrán la libertad de venir al Estadio Campeón del Siglo cuando enfrenten a Peñarol por la última fecha de la fase de grupos.