PERSONAJES
Diez respuestas del nuevo presidente aurinegro a preguntas que lo sacan del deporte y permiten conocerlo desde lo personal.
Ignacio Ruglio, nuevo presidente de Peñarol, se sometió a 10 preguntas que permiten conocerlo más allá del fútbol. Confesiones e intimidades del actual titular mirasol.
Soy un tipo...
Soñador, humano y persistente. Creo que es la mejor manera de describirlo. Tengo la ilusión de que cuando ya no esté en este mundo me recuerden como un buen hijo de mis padres, un buen padre de mis hijos y un buen amigo de mis amigos. Un buen tipo en líneas generales. Esa es mi ilusión.
No aguanto...
La traición. Pero trabajo todos los días para controlar mi rencor y para ser un mejor ser humano. Porque creo que el rencor es uno de los peores defectos que tiene el ser humano. Pero como me conozco y sé que me cuesta superarlo, reconozco que lo que no aguanto es la traición.
Si fuera presidente...
No me gusta la política país. Nunca me gustó, por ende no tengo expectativas de ser presidente de la República. Pero si fuera presidente pondría el foco en lo social. Haría infinito foco en lo social. Creo que los gobiernos que hacen hincapié en las políticas sociales son los que logran transformar la realidad de su gente.
Amo...
Viajar con Peñarol al exterior. Los partidos de Libertadores, viajando con mis amigos. Llegando uno o dos días antes a la ciudad donde nos toca jugar. Cenando juntos 20, 30 o 40, todos vestidos de Peñarol . Y luego cantando trescientos o los que seamos, contra todo un estadio. Lo amo. Cada vez que se sortea la Libertadores mi cabeza empieza a pensar a dónde vamos a viajar y con qué amigos.
El mejor recuerdo...
El nacimiento de mis dos hijos. Seguro que es el mejor recuerdo que tengo. Y después cada una de las etapas de sus vidas. Los diferentes mojones que han ido viviendo: cuando entraron al jardín de infantes, cuando salieron del jardín, cuando fueron a la escuela, al liceo y luego a la Facultad.
Eliminaría del mundo...
Los grandes grupos de poder que actúan en la sombra y conspiran. Yo creo mucho en la teoría de las conspiraciones y eso lo eliminaría. Porque es gente que, de repente, el común de los terrenales no conoce o no sabe que están, pero yo estoy convencido que dirigen el mundo desde algunos grandes centros de poder.
No iría nunca...
A esos lugares muy altos que no tienen seguridad, como una montaña, porque sufro muchísimo de vértigo. A la torre Eiffel subo y puedo mirar hacia abajo porque hay rejas. Siento un poco de pánico, pero no extremo. Jamás subiría a un pico de montaña. Sin embargo, no le temo a los aviones, increíblemente. Disfruto de los aviones.
La noche perfecta...
Depende mucho de mi estado de ánimo. Puede ser un asado con amigos y quedarnos charlando hasta cualquier hora. O una noche romántica con un buen vino y buena música. O sólo una buena cena, que puede ser seguro con pasta. Y otras veces puede ser una noche familiar mirando películas o de charla con mis hijos.
Si estoy deprimido...
Trato de bancarme yo solo. Me aíslo para que no me tenga que bancar nadie. Y lo hago yéndome para el campo o simplemente para mi cuarto. Me quedo ahí hasta que se me pase. Y la música, que para mí es todo, me ayuda mucho, en los buenos y malos momentos. Me ayuda para salir de mis bajones o enojos. La uso para todo.
Me doy un festín...
En una noche de tormenta en el medio del campo con helado, que es uno de mis mayores placeres. Seguro es en el medio del campo, con una buena cena, con helado. En realidad, la cena puede ser más o menos, porque yo voy a estar pensando en el postre. Y el helado no puede faltar. El helado es mi perdición. Helado y chocolate para todo.