Redacción El País
La selección de Uruguay cayó 1-0 frente a Colombia este miércoles por la semifinal de la Copa América y deberá jugar el partido por el tercer y cuarto puesto el próximo sábado 13 de julio ante Canadá. Los dirigidos por Néstor Lorenzo se impusieron con un gol de cabeza de Jefferson Lerma y ahora se medirán ante Argentina en la final del próximo domingo. Una vez finalizado el encuentro en el Bank of America Stadium, los hinchas de Colombia atacaron a las familias de los futbolistas de Uruguay, y se desató el caos.

El primer tumulto que hubo fue en el centro de la cancha cuando se consumó la derrota de la Celeste. Los suplentes y colaboradores colombianos ingresaron a la cancha a festejar el pase a la final, y en la zona del círculo central hubo algunos empujones entre los protagonistas.

Aunque todo se resolvió rápidamente, la tensión comenzó enseguida en las tribunas del Bank of America Stadium. Apenas terminó el encuentro, hinchas colombianos empezaron a babosear a los uruguayos (que en en estadio eran minoría).

La peor parte fue en la tribuna principal justo detrás del banco de suplentes uruguayo, donde estaban los familiares de los futbolistas uruguayos, que ante los disturbios escaparon rumbo al campo de juego y fueron asistidos por la delegación celeste.

En ese momento intercedieron los colaboradores del staff uruguayo, entre ellos el director de selecciones Jorge Giordano y el jefe de prensa Felipe Cotelo, pero el clima siguió caliente y la multitud de colombianos no frenaron en agresiones.

Cuando los futbolistas de Uruguay se percataron de lo que estaba sucediendo, corrieron rumbo a la tribuna a ayudar a sus familiares, y enseguida se trenzaron a pelear con los colombianos.

Hubo intercambios de golpes y patadas entre los jugadores de Uruguay y los hinchas de Colombia que atacaban a sus familias en las tribunas, y no había Policía y el personal de seguridad no daba a basto para poner orden. Los primeros que llegaron corriendo directo a enfrentar a los colombianos fueron Darwin Núñez, Josema Giménez, Mathías Olivera y Ronald Araujo.

Algunos uruguayos salieron fuertemente lastimados y se vivieron minutos de mucha preocupación porque parecía nada indicaba que los disturbios fueran a cesar, ya que la multitud de colombianos no frenaban en su ataque hacia los uruguayos allí presentes.

Unos de los que se llevaron el susto más grande fueron los familiares de Manuel Ugarte, que recibieron atención cuando pudieron ingresar al campo de juego y calmarse junto al jugador uruguayo.

Cuando llegó la Policía a la zona de los incidentes, se terminaron llevando detenidas a unas 10 personas, todas con indumentaria de Colombia y a ningún uruguayo.

A su vez, se registraron incidentes entre hinchas colombianos y dirigentes de Uruguay.

Luego de los incidentes, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) emitió un comunicado: "La Conmebol condena enérgicamente cualquier acto de violencia que afecte al fútbol. Nuestra labor parte de la convicción de que el fútbol nos conecta y nos une a través de sus valores positivos. No hay lugar para la intolerancia y la violencia dentro y fuera de la cancha. Invitamos a todos en los días que quedan a volcar toda la pasión en alentar a sus selecciones y tener una fiesta inolvidable".