Fue la crónica de una muerte anunciada. Martín Lasarte dirigió, las cosas no le salieron y la historia terminó en su despido. 38 partidos, 23 triunfos, 11 empates y cuatro derrotas después de haber aterrizado a mediados de 2024, Nacional anunció el fin de su ciclo. Su tercero en el club y, probablemente, el último como director técnico.
Las vueltas de la vida quisieron que, 20 años después de que entrara codo a codo a la sede de 8 de Octubre para firmar su primer contrato con Flavio Perchman como su representante, la directiva comandada por el ahora vicepresidente tomara la decisión de finalizar su ciclo, algo que tuvo consenso y más temprano que tarde iba a ocurrir si el equipo no cambiaba el funcionamiento.
El viernes en Los Céspedes, entre las pautas que intercambiaron durante 30 minutos, Vairo y Lasarte pactaron de común acuerdo que, en caso de que Nacional perdiera, él no seguiría en el cargo. Tras el ultimátum, la tendencia no se revirtió y el barco terminó de hundirse.
Lasarte se fue una hora y media después de la derrota (1-2) con Juventud de Las Piedras -sobre las 18:30- del Gran Parque Central, en la camioneta del preparador físico Marcelo Tulbovitz, que quedó desconcertado y con las manos en la cintura durante un largo tramo ni bien terminó el partido. No habló con la prensa ni se detuvo a dar explicaciones.
Así se retiró Martín Lasarte del GPC.
— Diego Domínguez 🌐 (@Digadoma) March 30, 2025
Finaliza su tercer ciclo como entrenador del club tras 37 partidos oficiales (72% de efectividad).
Se despide luego de sufrir la cuarta derrota dirigiendo al equipo desde junio de 2024. (Rampla, São Paulo, Torque y hoy Juventud). pic.twitter.com/yUv71igpKY
La gente, descontenta con el desenlace en la cancha, le gritó enardecida a los jugadores: “¡Ay, ay, ay, están jugando en Nacional!”. Otros, cruzaron opiniones sobre la figura de Lasarte y contrarrestaron los insultos con señales de descontento: “Una cosa es el fútbol; otra es la persona”.
Dos hombres tuvieron una acalorada discusión sobre el hall de la entrada principal por Nicolás López, justo antes de que Eduardo Vargas y Bruno Arady salieran por ese mismo acceso: “El Diente se arrastra”, dijo el más veterano. “Todos los jugadores se arrastran. No le caigas al Diente”, le retrucó el otro. El intercambio terminó con un “a este no le digo nada” cuando apareció Arady.
Al margen de todo el revuelo, los dirigentes de Nacional no tuvieron más remedio que bajar revoluciones y sentarse a conversar sobre opciones de entrenadores. No estuvieron todos presentes, pero sí el núcleo duro del área deportiva que involucra a Pablo Budna y a Sebastián Eguren, quien se mostró molesto por la cobertura de la prensa.

La improvisada reunión tuvo lugar en el palco de Perchman, que esperó por la llegada de Ricardo Vairo para empezar a intercambiar. Se decidió que el presidente haría pública la decisión, sin nombrar a otros entrenadores: “Quería comunicarles que recién tuve una reunión con Lasarte y el cuerpo técnico. Habíamos hablado el viernes que el margen se había achicado y que había que hacer un cambio para cambiar la energía. De común acuerdo, definimos que Martín y todo su equipo dejen de dirigir a Nacional. Estamos encaminados con Flavio Perchman para buscar soluciones partir de ahora”.
Vairo fue interrogado por los periodistas sobre el posible sucesor, pero se limitó a dar nombres: “Ya me conocen: no voy a dar ningún nombre hasta que esté definido”, dijo con una sonrisa amistosa cuando le hablaron de Jadson Viera.
El entrenador de Boston River es quien aparece como el candidato natural más firme para asumir en Nacional y es del gusto de Perchman, quien ya lo había halagado durante la campaña electoral, pese a que en ese entonces aclaró que “todavía” no era su momento.
Lo sorprendente del caso es que el propio técnico le comunicó el pasado viernes a Roberto Perdomo, a Juan Delgado y a Pablo Álvarez que su intención es quedarse a cumplir su contrato en el club. De hecho, según confiaron fuentes cercanas a Ovación, ayer por la noche escribió un mensaje notificando la planificación del entrenamiento de la mañana, que empieza hoy a las 9.
Su palabra y las señales que ha dado hasta ahora le alcanzan a la gente del club para confiar en que dirigirá el martes contra Guaraní de Paraguay por Copa Sudamericana. Después de ese partido verán y será otra la historia.
Mientras tanto, Martín Ligüera -que se reunió ayer con Sebastián Eguren- asumirá de manera interina y dirigirá al equipo en Medellín por Copa Libertadores, con el apoyo del mánager como asistente.