Pasan contados minutos de las cuatro de la tarde y en la redacción de Ovación se abre un nuevo debate. Es un debate casi tan añejo como pintoresco y es sobre los goles de Pelé.

El histórico crack del fútbol brasileño acaba de fallecer hace cuestión de minutos, a la edad de 82 años. El mundo del fútbol está consternado. Una serie de clubes y futbolistas de todo el planeta manifiestan sus condolencias por redes sociales. Mientras tanto, un grupo de periodistas siembra la duda acerca de un artículo que afirmó, con plena certeza, que su cifra real de goles era 1.283.

-Pero, ¿cómo? Si el máximo goleador histórico del fútbol es Cristiano Ronaldo.

-Pero... ¡claro! Si a Pelé se le entregó una plaqueta homenaje que convalida esos 1.000 y pico de goles que tiene.

La discusión excede al intercambio periodístico y se eleva, desde hace muchos años para atrás, a las altas esferas del fútbol. La Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS), la Sport Soccer Stadistics Foundation (RSSSF), la FIFA y el propio el jugador elaboraron sus registros con claras diferencias en el cómputo.

Pese a que a los institutos marcan cifras menores y discriminan por partidos oficiales, benéficos y amistosos, Pelé se adjudicó un total de 1.283 goles, sin hacer distinción de criterio.

ALBERT GEA

Con la repetina aparición de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi a la conversación -que fueron superando récords año a año- la discusión de los goles tomó forma y llegó a la FIFA. Fue por una sencilla razón: si dos futbolistas en activo aumentaban sin parar su número de goles, llegado el momento sería necesario dejar en claro cuál era el verdadero récord a batir y quién era, entonces, el dueño de esa marca.

El organismo hizo su propio veredicto aunque sin darle una gran trascendencia pública.

¿Cuál era, entonces, la cifra más cercana a la verdad? Los goles, de acuerdo a la organización, son 757 oficiales, que abarcan los 77 de la selección de Brasil, los 643 con Santos y otros 37 en New York Cosmos de Estados Unidos.

Ese criterio es también el que comparte el estadista y analista español Míster Chip, reconocido en el mundo por contar con su propia y gran base de datos.

¿Dónde quedan entonces los 1.283 goles que decía tener Pelé y que también figuran en los libros de historia?

Quedan en lo que fueron: goles. Lo que sucede es que hasta la aparición de estas dos figuras del Siglo XXI prácticamente no se había puesto en cuestión el recuento de la estadística.

También es cierto que Pelé hizo carrera en una época en la que el offside no funcionaba de la misma manera que ahora, por lo que no es sencillo unificar criterios. Hasta 1990 la regla consideraba que estar en la misma línea era fuera de juego, pero con el tiempo se reconsideró para favorecer a los atacantes. En relación al cambio, el brasileño alguna vez soltó: “Hubiera hecho 3.000 goles si hubiera jugado en esta época”.

La cúspide de su carrera, entre la década del 60 y 70, tuvo, además, la particularidad de jugarse sin que existieran las tarjetas rojas y amarillas. Las amonestaciones y expulsiones recién se implementaron en el Mundial de México 1970, que también ganó Brasil, por lo que solo interfirieron en la carrera de Pelé en siete de sus 21 años. Así y todo se las ingenió para ganar tres Mundiales, en los que anotó 12 goles en 14 partidos, y finalizó con un legado de 757 goles oficiales en 815 partidos.

Cristiano Ronaldo y Lionel Messi comenzaron a ganar pisada en el terreno de los goles desde la llegada del portugués a Real Madrid, a mediados de 2009.

Ronaldo pasó de ser un extremo puro a jugar más cerca del área y a aportar en la producción goleadora mucho más que en sus inicios. Messi, que había crecido bajo el legado de Ronaldinho en Barcelona, tomó un rol protagónico como falso 9 y llegó a su mejor versión bajo las órdenes de Pep Guardiola.

En un abrir y cerrar de ojos, ambos llegaron a su primer podio del Balón de Oro en 2007 y, de a poco, empezaron a comerle los talones a Pelé en el registro de goles hasta llegar a 819 uno y 793 el otro.

Solo en este aspecto, eso sí, porque O’ Rei ya había levantado su primera Copa del Mundo a los 17 y en su época no existía una distinción para reconocer al mejor jugador del mundo.

ARND WIEGMANN

El 23 de enero de 2021 diversos diarios del mundo abrieron su edición afirmando que Cristiano Ronaldo se había convertido en el máximo goleador de la historia del fútbol, luego de convertir ante Sassuolo, en la tarde previa, su gol número 760.

Sin embargo, los titulares volvieron a ser idénticos 12 meses después, cuando el portugués, en marzo de 2022, alcanzó los 806.

¿Qué sucedió? No solamente hubo discrepancias en la discusión goleadora por Pelé, sino que también entraron en el combo otros dos jugadores que dejaron su huella por su expertiz goleador.

Por un lado, está el húngaro Josef Bican, sobre el que no hay datos claros y las estadísticas difieren entre 756, 759 y 805 goles. Para la RSSSF, la cifra que se le debe acreditar, siempre y cuando se hable de partidos oficiales, es la última, pero para Mr. Chip el número correcto es 759.

Más cerca en el tiempo surge Romario, otro histórico jugador de Brasil, que terminó su carrera diciendo tener más goles de los que en realidad le fueron validados. Si bien los datos varían de acuerdo al concepto que se tome, en competencias oficiales las opciones se reparten siempre entre 743, 753 y 772 goles.

Aunque no coincidieron en sus épocas de explendor -como si sucedió con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo-, Pelé y Diego Maradona fueron los dos jugadores más importantes del Siglo XX. Hay quienes conforman la lista de los históricos con el argentino Alfredo Di Stéfano y el holandés Johan Cruyff entre los primeros puestos, pero si de actuaciones sobresalientes en Mundiales se habla, no hubo dos figuras que hayan marcado tanto la diferencia como ellos dos a lo largo del período.

Uno diestro. El otro izquierdo. Uno brasileño. El otro argentino. Uno goleador. El otro más de la gambeta. Cada uno a su estilo, a su manera, pero con la camiseta número 10 a la espalda, se las ingenió para sacar adelante a su selección en una cita histórica como son las Copas del Mundo. Pelé triunfó las tres veces que llegó a la final (Suecia 1958, Brasil 1962 y México 1970), con 17, 21 y 29 años. Maradona, en tanto, mostró su mejor actuación en México 1986 y repitió final en Italia 1990. Las dos veces se enfrentó al mismo rival (Alemania); una lo venció y la otra perdió.

CANAL 13

A diferencia de la de Messi y Ronaldo, la comparación entre Pelé y Maradona excede a la estadística y se debe a un dominio de época. Así como Pelé fue el amo y señor del fútbol entre 1960 y 1970, Maradona hizo lo propio desde 1980 a 1990.

Además del color de camiseta, el brasileño y el argentino difieren por su disciplina. Mientras que O’Rei siempre se mostró como un jugador atleta y aplicado, el “Diego” gozó de cinco o seis años de buen fútbol y luego bajó su rendimiento, condicionado por su adicción a las drogas. Los defensores del argentino resaltan que así y todo fue capaz de marcar la diferencia sin importar el rival y muchas veces con compañeros de menor trayectoria. La discusión difícilmente quede cerrada y jamás podrá apartarse de las opiniones personales.