FICHAJES
La llegada del "Cabezón" a Nacional lo suma a una lista que comparte con otros futbolistas como Rubén Capria, Ángel Morales y Marcelo Gallardo.
El anuncio de la llegada de Andrés D'Alessandro aNacional para la próxima temporada retrotrae a otros fichajes de los equipos grandes uruguayos en los últimos 15 años. A mediados de 2006, Peñarol cerró la contratación del "Mago" Rubén Capria. Dos años después, Nacional fichó a Ángel "Matute" Morales. Tras la partida de este en 2010, los tricolores lo sustituyeron con el "Muñeco" Marcelo Gallardo.
D'Alessandro llega al equipo de La Blanqueada con 39 años, Gallardo llegó con 34, Morales con 33. Capria, por su parte, arribo a tiendas aurinegras cumplidos los 36
Los tres jugadores llegaron a una edad tardía, pero con una carrera no exenta de credenciales. Líderes del fútbol de los equipos por los que habían pasado en Sudamérica y Europa, arribaron a esta orilla del Río de la Plata ya pasado su cuarto de hora, algo que se encargaron de demostrar que no es impedimento para destacarse en el fútbol uruguayo.
Gallardo y Capria se retiraron tras cumplir sus contratos en Uruguay, Morales jugó un año más en Huracán de Argentina
D'Alessandro pregona el mismo estilo de juego que sus tres antecesores, es un enganche o media punta de esos que nutren el fútbol argentino desde siempre. Ágil, habilidoso, de excelente pegada y visión de campo, organizador de su equipo, dueño y distribuidor de la pelota que se siente incómodo cuando no maneja los hilos. De esos que la pasan, la van a buscar y la piden para pasarla de nuevo. A sus casi cuatro décadas, la fortaleza física no es lo que prevalece en su juego ni por lo que Nacional lo fue a buscar. Tampoco fue esa la herramienta que usaron el "Mago", el "Muñeco" y "Matute" para volverse referentes (con suerte dispar) en los equipos grandes de Uruguay.
Los tres jugadores llegaron para ser destinos seguros de la pelota. Se sintieron cómodos en canchas en las que el fútbol corre a una intensidad bastante menos exigente que en otras ligas. Con un fútbol más en línea con la velocidad de alguien que media los 30 que con la energía de veinteañeros en plenitud física. Fueron futbolistas que sabían a quién, cuándo y cómo dársela. Jugadores de calidad que ya no tenían que demostrar nada, pero que expusieron su vigencia para los parámetros del fútbol uruguayo y ejercieron como ejemplos de profesionalidad para los jóvenes.
Rubén Capria
El "Mago" Capria se vistió de aurinegro por primera vez a mediados de 2006. Llegó desde Racing de Avellaneda y jugó en Peñarol hasta fines de 2007. Un año y medio en el que el enganche no logró gritar campeón, pero sí tuvo ocasiones para demostrar su clase, como el clásico del Apertura 2006/2007, en el que los carboneros golearon por 4 a 1 a Nacional.
En dicha temporada, Peñarol terminó segundo, dos puntos por detrás de Danubio en el Apertura, y empatado en el primer lugar con los de Maroñas en el Clausura. Ese empate en el liderazgo se dio gracias a un gol de Capria en el último partido del torneo entre aurinegros y franjeados. Peñarol perdió la final del Clausura y Danubio, campeón de los dos torneos cortos, se quedó con el Uruguayo.
Ángel Morales
Con el 10 proveniente de Olimpo de Bahía Blanca, los tricolores se consagraron campeones uruguayos en la temporada 2008/2009 y llegaron a las semifinales de la Copa Libertadores 2009, la última vez que avanzaron tanto en el torneo continental.
En su segunda temporada como tricolor, Morales formó una dupla creativa incontenible junto a Nicolás Lodeiro, que llevaba poco más de un año en la primera de Nacional.
Marcelo Gallardo
Pocos jugadores extranjeros lograron ser tan queridos por la hinchada tricolor como el "Muñeco", a pesar de los pocos partidos que jugó. Una lesión apenas llegado a Uruguay pospuso disfrutar a quien estaba llamado a ser referente en el vestuario de Nacional. Con muestras de su talento cada vez que entró a la cancha, fue fundamental en la consagración tricolor en el Campeonato Uruguayo 2010/2011.
Tras su retiro, encaró la tarea de dirigir al plantel en el que acababa de dejar su lugar como futbolista. Desde su nueva función, volvió a conducir a Nacional a la obtención del Campeonato Uruguayo y fue el primer paso de una carrera exitosa como director técnico que sigue hasta hoy.