A sus 35 años, Daniel Bocanegra, uno de los nuevos futbolistas de Nacional, siente que está más vigente que nunca. Aunque su momento de esplendor ya pasó -fue hace casi siete años, cuando vistió la camiseta de Atlético Nacional y ganó la Copa Libertadores 2016- el retiro no es una opción que hoy pase por su cabeza.

Su último año jugando con regularidad en el fútbol de Paraguay es una pequeña prueba de que aún le queda cuerda. “En mi mente todavía no está retirarme, quiero jugar un buen rato. Creo que tengo la experiencia de jugar todos estos años los torneos locales e internacionales y ya soy un jugador maduro. Vengo muy bien, jugué mucho el año pasado; en el Apertura y en el Clausura casi todos los partidos. Vengo con un rodaje muy bueno. Me siento muy bien físicamente y mentalmente”, aseguró el futbolista que llegó a los tricolores después de jugar 33 partidos en la liga paraguaya y otros cuatro por Copa Libertadores.

El lateral devenido en zaguero llega para cubrir varios puestos en uno. En sus propias palabras, puede jugar por la banda, más al medio dentro de la zaga o bien como volante central para salir jugando a los toques. “Soy un jugador muy inteligente, con muy buen pie. El juego aéreo es una de mis virtudes”.

Al ser presentado con la camiseta de su nuevo club, el futbolista reveló los motivos que lo llevaron a decantarse por Uruguay: “Me habían contado maravillas del país, del club también. Lo había enfrentado y es una gran institución”.

Y continuó: “Me sedujo el equipo, la institución, el técnico. La idea es hacer un plantel competitivo para todas las competiciones que tenemos”.

Foto: Estefanía Leal.

La incorporación de Bocanegra puede favorecer al entrenador Ricardo Zielinski para fortalecer una mitad de la cancha que no tendrá a Francisco Ginella (lesionado) por al menos tres meses. El colombiano puede aparecer ahí como la opción del primer pase de salida y también dar una mano en defensa cuando el DT lo considere necesario. Además de su capacidad técnica, destaca por sus cabezazos, pese a que no es mucho más alto que la media (1,82 metros).

Su recorrido por el fútbol de Sudamérica -antes jugó en Colombia y Paraguay- lo situará una vez más en un club campeón de América, en este caso Nacional.

Bocanegra ya había tenido la chance de jugar en otro equipo que ganó por primera vez el torneo continental con él entre sus filas. Fue en 2016, cuando logró la hazaña con Atlético Nacional y luego permaneció tres años más en el cuadro. Fue figura.

Foto: Estefanía Leal.

Su versatilidad para variar de puesto lo posicionaron de entrada como un atractivo importante para Nacional, que lo había sondeado en varios períodos de pases anteriores según supo Ovación. Pero no solo eso: también su destreza para patear los tiros libres.

Bocanegra tiene varios goles de media distancia y bajo la manga se guarda, también, la carta de la pelota parada, que en Nacional trae una sequía de larga data. Los hinchas no ven a su equipo convertir por esa vía desde hace más de tres años.

El último en hacerlo fue Felipe Carballo, hoy jugador de Gremio, cuando anotó el 21 de noviembre de 2019 en la derrota 2-1 frente a Defensor Sporting por el Campeonato Uruguayo.