ENTREVISTA
Volvió de Estados Unidos a los 10 años para jugar en Danubio, en minutos lo ficharon y allí estuvo 12 años. Pasó por Guaraní y en abril le llegó una llamada inesperada y la titularidad indiscutida.
Supo que el fútbol era su pasión a los cuatro años. Dio sus primero pasos en Córcega, un club de baby fútbol de Carrasco. Lo dejó al irse a vivir a Estados Unidos, consecuencia del trabajo de su padre. Fue entonces cuando Rodrigo Fernández, uruguayo de 26 años, se mudó a Miami, pero no abandonó su pasión por el fútbol y defendió tres años a East Broward United.
Tuvo la opción de quedarse en Estados Unidos con una beca, pero el padre regresó al país por el mismo motivo por el que se marchó y su hijo se calzó un nuevo dorsal tras ser pretendido por Danubio.
“Fui a un campeonato en Disney y estaba el presidente de las juveniles (Daniel Lindner). Me vio y me dijo que cuando volviera a Uruguay fuera al club”, recuerda el ahora volante, que había salido campeón del torneo en Disney. Lindner presenció la final, duelo que ganaron con un triplete del uruguayo, que en ese entonces era delantero y no “tan rústico como ahora”, y se lo quiso llevar.
En USA el fútbol no estaba tan desarrollado en ese momento y, aunque ha evolucionado, no era, ni es, el deporte principal de esa cultura, así que Rodrigo no cree que su éxito haya surgido en el norte del continente.
Llegar a las formativas de Danubio no era solo sumarse a un club, porque el primer equipo estaba encabezado por Edinson Cavani e Ignacio González. Los chicos ya los admiraban y eso, sumado al éxito deportivo que venía teniendo el elenco de Maroñas en varias de sus categorías, hacia que las juveniles fuesen codiciadas.
Así que Rodrigo se bajó del avión con 10 años y lo primero que hizo en materia futbolística fue ir al club y sumarse a AUFI. “Ni bien llegamos le dije a mi padre: ‘Vamos a Danubio’”. Solo 10 minutos tuvo que probarse para que el técnico lo fichara con el equipo que sería su casa durante los próximos 12 años. En 2016 debutó en Primera y jugó 64 partidos oficiales. La despedida no fue la mejor.
“No me fui como esperaba, pero fueron circunstancias del fútbol. Tuve buenos campeonatos, pero no tenía la importancia que necesitaba y quería salir del país. Me complicaron un poco dos oportunidades a Argentina, hasta quedé libre de común acuerdo”, explica Fernández.
La llegada a Guaraní y la amistad con un campeón
Quería hacer su primer salto profesional al fútbol internacional y así lo hizo, en julio de 2019 se sumó a Guaraní de Paraguay. “Me adapté rápido. Al tener el mismo idioma y estar cerca fue fácil. Siempre podía venir alguien de mi familia o amigos para tener compañía”, expresó Rodrigo.
En el Cacique se coronó subcampeón de la Copa Paraguaya 2019 y disputó la final del Clausura 2020 y 2021. Jugó más de 100 partidos, marcó seis goles y dio cuatro asistencias. En ese mismo elenco compartió con el actual campeón del Apertura 2022 de Uruguay, el DT de Liverpool Jorge Bava, a quien felicitó por la obtención del título.
“Nos hicimos muy amigos. Compartí un año y lo agarré seis meses antes de que se retirara, tenía unas ganas de ser técnico. Era más entrenador que el que estaba en el cargo”, sostuvo Rodrigo, y agregó “Se paraba en el medio en las prácticas y daba indicaciones. Todos le decían ‘Jorge, vos no sos el técnico’, pero él no podía no hacerlo, tenía la vocación”.
El uruguayo en el exterior
Aunque Rodrigo no descarta volver a Uruguay, expresa que “siempre se ve de afuera que al uruguayo cuando sale le va bien. Cuando está en su país no tiene esa magnitud o no hay mucha prensa. Yo tampoco fui una locura en Danubio, pero tienen paladar exquisito. Les gustan los Carlitos Grossmüller, los Nacho González. Por su juego, por ser los típicos 10. Yo soy más rústico, era más difícil conectar con la gente. Por eso en Guaraní me adapté rápido”, explicó.
“Cuando llegué a Guaraní jugué bien y empecé a darme cuenta de lo que era ser extranjero. Ahí los que resaltan son los de Nacional, Peñarol, o el que se destaque mucho por estar en una selección, es más difícil para el jugador promedio resaltarse en Uruguay y cuando salís te das cuenta de cómo te quieren”, añade el mediocampista.
Una llamada inesperada con rumbo a Brasil
“De un día para el otro se presentó el interés de Santos y me dijeron: ‘En dos horas te va a llamar el técnico’”. Durante la espera Rodrigo casi que caminó por la paredes de los nervios que tenía. No le sacó la vista de arriba al celular y le puso todas las notificaciones con sonidos existentes. “No voy a perder la llamada ni loco”. Al salir la oferta extendió su contrato con Guaraní por un año hasta diciembre de 2023 y se sumó al elenco norteño a préstamo con opción a compra.
En abril de 2022 fue cedido a préstamo a Santos, pero recuerda con mucho cariño sus tres años en Guaraní donde logró mucha afinidad con el hincha. La gente le agarró cariño y si bien lo paran en la calle para sacarse fotos, no lo abrumaban como sí le pasa ahora en Brasil.
“La ciudad es solo de Santos y desde que llegué he jugado todo, la gente te para en todos lados, es muy fanática. La alegría con la que se vive el fútbol acá es única, jugar todos los partidos con estadio lleno en cualquier cancha, contra cualquier equipo, es algo que motiva mucho a cualquier futbolista”, concluyó.
El Santos de San Pablo está décimo en el Brasileirao con 13 unidades, a seis del líder Palmeiras. Desde su arribo Rodrigo Fernández jugó todos los duelos de titular (salvo uno que quedó afuera por triple amarilla) y lleva 800 minutos en cancha. Además, ha sido seleccionado en el once inicial en ocho apariciones en sus nueve encuentros.
“Siempre quise venir al mercado brasileño, era un momento para hacerlo, más a un club con la historia que tiene este, y por las ventanas que puede abrir a futuro”, expresó. Hacía un año que Fernández buscaba salir, pero otra vez el club no quería soltarlo. Les dijo que no quería renovar, pero la oferta que lo convencía se cayó en enero. Empezó el campeonato, pero un poco bajoneado porque no quería seguir en Paraguay.
Cuando llegó el momento el DT le dijo que estaba en la lista, que quería contar con él y que le gustaba mucho su juego, lo cual le trasmitió mucha confianza de parte del técnico, el argentino Fabián Bustos.
Viajó, firmó y a los cuatro días jugó de titular en la liga. Nunca se imaginó eso, pero fue una cuestión en la que se vio beneficiado porque llegaba con rodaje del torneo paraguayo. Sin embargo, Rodrigo lleva cuatro duelos en la Copa Sudamericana, porque para el Peixe no era una prioridad. Al menos hasta que pasaron de fase, así que el equipo más fuerte era destinado a pelear por la torneo liguero y no desgastarlo en la doble competencia. Ahora quiere ganarla y Rodrigo sostiene que son candidatos.
Familia
En Brasil vive con su pareja, también uruguaya, y su hija de un año.
Tiene a su hermano que le pregunta todo lo que hace, lo que no. “Muy exigente. Cuando juego mal no quiero ni mirar su chat”, dice Rodrigo de con quien se “mata”cuando juegan al Play Station.
Un poco más cerca del país
El volante comparte plantel con los uruguayos Carlos “Pato” Sánchez y Emiliano Velázquez, con quienes realiza un montón de actividades. Le hicieron la adaptación más fácil y más cerca de casa. “Estamos todo el día juntos, asado, mate, vemos los partidos de Uruguay, pasamos muy lindo“, aseguró Rodrigo Fernández.