Enviado - Río de Janeiro
El 13 de enero Washington Aguerre selló su vuelta a Peñarol. Lo hizo en silencio. Sin ser una gran figura para disputarle el puesto a Guillermo de Amores. Pero con la pretemporada le bastó para convencer a Diego Aguirre y adueñarse del arco.

La confianza creció partido a partido. No solo con el DT, sino con el hincha. Muchos criticaron al guardameta de 31 años por sus “particulares acciones” como mostrarle el parche de las cinco Copa Libertadores a Hulk y los “jueguitos” que hizo ante Miramar Misiones.

No obstante, en el último tiempo Aguerre fue más que eso. Y una de sus grandes actuaciones la dio el pasado 8 de agosto ante Nacional en la final del Intermedio.

El tricolor fue campeón al ganar 8-7 la tanda de penales tras empatar 1-1 en los 90 minutos. Al arquero mirasol solo le pudo marcar Gonzalo Petit después de una gran definición. Ese día, Aguerre tuvo una sensacional atajada a Diego Zabala.

Otra prueba de fuego fue ante The Strongest por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores. En la ida el aurinegro sacó una buena diferencia (4-0), aunque la vuelta tenía una dificultad extra: los 3.640 metros de altura de La Paz.

Aguerre no defraudó. Volvió a ser un muro. La única forma en la que le pudieron hacer un gol fue por medio de un tiro penal.

Ya no es un “golero provocador”, sino que es una de las grandes figuras del Peñarol que ganó en el Maracaná.