DEFENSOR SPORTING
Tras el descenso, que se concretó anoche en el estadio Ubilla, llegó la hora de hacer una gran autocrítica: los violetas se olvidaron de las bases.
"Jugamos el ultimo partido de un campeonato para el olvido, o para el peor de los recuerdos. Ojalá, por todos los violetas y en particular por muchos violetas que dejan todo por el club, las cosas, hoy, nos salgan bien”, había escrito en su cuenta de Twitter el presidente deDefensor Sporting, Ney Castillo, antes del partido frente a Cerro Largo.
No pudo ser y Castillo, su vicepresidente Andrés Fleurquin y los demás directivos deberán ahora hacer una enorme autocrítica para ver en qué se equivocaron durante su gestión, que en pocos días llega a su fin.
Es que obviamente, no fue el partido de anoche el que decreto el descenso, sino muchas cosas que sucedieron antes. Da la impresión que los violetas se apartaron de los principios que marcaron siempre su historia.
El principal: apostar a la cantera, esa que ha sido en los últimos años la que más jugadores ha aportado a las diferentes selecciones uruguayas. Pero esta vez fue diferente y llegaron 18 futbolistas, algo insólito en filas violetas. Se contrató a una Secretaría Técnica foránea que sugería los futbolistas a contratar. Y la mayoría de los que llegaron no rindieron como se esperaba.
Los hinchas están molestos, no sólo por el descenso que les duele y mucho, sino por la política llevada a cabo por el club. Están convencidos que fueron a buscar afuera lo que tenían en las formativas del club. Y que a su vez dejaron ir a muchos de los jugadores formados en la institución, que hoy rinden en otros equipos.
Seguramente, la sensación de los parciales sería otra aunque el final hubiera sido el mismo pero sí se hubiese apostando a los futbolistas de la casa.
Otra cosa que extrañó fue la cantidad de entrenadores que pasaron por el banco de Defensor Sporting en los dos últimos años. Desde que se fue Eduardo Acevedo en enero de 2019, pasaron cuatro técnicos, y con diferentes perfiles.
Primero llegó Jorge “Polilla” Da Silva, un histórico del club, pero duró apenas unos meses. Luego hicieron subir a Ignacio Risso, y las cosas tampoco salieron. Fue cesado un año antes de terminar su contrato. Fue el turno luego de Alejandro Orfila, un hombre que se había criado en el club pero que había realizado su carrera de entrenador toda en Argentina y en clubes del ascenso. Casi un desconocido para este medio. También fue cesado y contrataron a Gregorio Pérez. Tampoco dio resultado y a tres fechas del final, fueron a buscar el Eduardo Acevedo, el último entrenador exitoso en el club. El que había ganado el Torneo Apertura de 2017, el último título para la institución y definido esa temporada el Campeonato Uruguayo.
Buscaron un revulsivo, dieron un volantazo. Uno más.
“Se veía venir. Le erraron desde el principio, Defensor siempre armó los planteles con un 70% de jugadores del club y un referente por línea, que si es del club mejor. Para esta temporada trajeron 18 jugadores, eso no es el estilo de Defensor. Lo que jode es que al final los que terminaron dando la cara fueron los juveniles porque todo lo que trajeron no estuvo a la altura. Tanto a Danubio como a nosotros nos viene bien para reducir el presupuesto, apostar a los juveniles y volver mejor armados deportiva e institucionalmente”, escribió anoche Matías, un apasionado hincha de los “tuertos” a sus amigos, que estaban tan amargados como él.
En pocos días habrá elecciones en la institución y otra cosa que los directivos deberían intentar es la unidad. Esa que estuvo presente en cada oportunidad en que los violetas levantaron una copa.