Javier Cabrera la mandó a guardar a los 83’, liquidó el partido con un remate cruzado dentro del área y el Estadio Campeón del Siglo explotó. No tanto como contra Flamengo, pero el hincha de Peñarol se desahogó. Y Diego Aguirre también. “¡Bien, bien! La concha de la madre”, tiró al aire el entrenador festejando ese gol del Cangrejo que dejó las cosas 2-0 frente a Deportivo Maldonado.
Es que el de anoche era un partido tan importante como peligro para el aurinegro, que venía de dos encuentros sin triunfos incluida la derrota en el clásico frente a Nacional en el Gran Parque Central.
Y de movida, el equipo respondió. Al minuto de juego, Cabrera recibió por derecha dentro del área y puso un fuerte centro al medio que cabeceó Gastón Ramírez para anotar el 1-0.
Muchos hinchas todavía no se habían acomodado en sus butacas del Campeón del Siglo y otros tantos guardaban su billetera luego de comprar el café cuando el equipo ya estaba en ventaja con ese tempranero tanto del capitán carbonero.
Parecía que se venía una goleada porque cada vez que Peñarol tenía la pelota, llevaba peligro al área de un Deportivo Maldonado al que le costó soltarse en la primera mitad, pero que pudo aguantar la corta diferencia y en el complemento tuvo una chance clara como para empatarla gracias a un error en la salida de Peñarol, algo que se repitió bastante anoche.
Pero en el arco estaba Washington Aguerre y Renato César no pudo vulnerar a un arquero que pasa por un muy buen momento.
Y con Peñarol ganando 1-0 y con esos errores en la salida que hacían tambalear el resultado, hubo una jugada polémica en la que el árbitro Javier Burgos falló. A los 67’ y ya jugando por la izquierda de la ofensiva mirasol, Javier Cabrera se iba en velocidad y Mathías Suárez lo bajó con una durísima infracción que le valió la amarilla. Pero era roja por cómo se tiró el defensor del Depor contra el cuerpo de su rival. Burgos ni siquiera la revisó y el VAR tampoco salió a escena.
Fue tal la calentura del Cangrejo Cabrera, que por protestarle a Burgos estuvo a muy poco de ser amonestado y si eso ocurría, se iba al vestuario expulsado porque ya tenía amarilla.
Eso no pasó y el atacante de 32 años terminó siendo la figura del encuentro porque a la asistencia a Ramírez, le sumó el gol que a los 83 minutos liquidó el partido a favor de Peñarol, que ganó pero a un alto costo.
Es que Maxi Silvera estuvo a punto de dejar la cancha por un corte en la cabeza, Eduardo Darias solo jugó el primer tiempo y salió por precaución y a Guzmán Rodríguez se le terminó el partido a los 57’ por un golpe.
Aguirre trató de cuidar a sus piezas pensando en lo que se viene, que no es menor: una seguidilla en la que asoman Danubio, Boston River y Botafogo. Horizonte más que complicado.
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