Por segunda vez desde que se implementó esta modalidad en la Copa Libertadores, Nacional sorteó dos fases para alcanzar los grupos, como sucedió en 2018. Con muchísimo sufrimiento, el Bolso le ganó por penales a Always Ready (5-4) tras vencer 2-1 en los 90’.

Nacional empezó muy bien, empujado por su gente, jugó en campo rival y tuvo por varios momentos secuencias de toques cerca del área. Faltaba la concreción del último pase porque Always Ready tenía a cinco defensores y los espacios escaseaban. No tardó en llegar el gol tricolor por intermedio de Leandro Lozano, cuando apenas iban seis minutos.

Foto: Estefanía Leal.

Más allá del empuje inicial, a Nacional le costó encontrar situaciones claras de gol ya que buscó con remates cercanos al área que se fueron afuera. De hecho, el arquero venezolano, Alain Baroja, casi no intervino.

El tricolor fue perdiendo pie en el mediocampo, Francisco Ginella estuvo impreciso en las entregas, el desorden empezó a ganar a los locales, que veían como Always Ready se adueñó de la pelota, dejando en evidencia falencias de Nacional para cubrir determinados espacios. Así fue que llegó el empate de los bolivianos, con un centro desde la izquierda que los albos defendieron mal, donde Polenta se agachó y Gabriel Báez no llegó a cerrar para el gol marcado por Darlison Rodríguez con un toque corto.

Balde de agua fría para Nacional y para todo el Gran Parque Central. Era un 1-1 que estaba dejando afuera a los tricolores.

En los primeros 20’ del complemento el juego se hizo tedioso porque los jugadores bolivianos hicieron mucho tiempo y ganaron segundos cada vez que les cometían faltas (el árbitro fue muy permisivo en este sentido), y ninguno de los dos equipos pudo generar situaciones claras. Preocupante panorama para el Bolso, que lo invadió la ansiedad. Álvaro Recoba mandó a la cancha a Federico Santander y Diego Zabala y sacó a los que estaban jugando por afuera: Jeremía Recoba y Ebere.

El Chino renunció al juego por las bandas para jugar con tres “9”, aunque Ruben Bentancourt se movió más por la derecha. Un centro de Báez terminó en la cabeza de Carneiro (69’), pero el balón se fue apenas afuera.

Apareció Luis Mejía cuando a los 82’ atajó un mano a mano contra Carabalí. Jugada clave y con un valor más inmenso cuando llegó el gol del 2-1 a través de Mateo Antoni, que desvió apenas un centro de Diego Zabala. El panameño atajó un penal y Nacional sigue en la Libertadores evitando así un bochorno. Además, se hará de tres millones de dólares más las recaudaciones de las localías.

Foto: Estefanía Leal.