PEÑAROL
La historia del pibe de 17 años que llegó como un volante ofensivo y terminó de lateral.
Ayer no fue un día más para Ezequiel Busquets. El juvenil, de 17 años, tuvo más actividad de lo normal en su teléfono. Llamadas, mensajes y notificaciones de redes sociales tuvieron un mismo trasfondo: el partido contra Liverpool.
“Ya el jueves pasado fui al shopping y en una tienda la gente me paraba y me decía: ‘Dale que hay que ganar el domingo. ¡Vamo arriba!’. Es muy lindo el apoyo de la gente”, reconoce; pero no se la cree: “Me doy cuenta que por ahí me miran, pero me lo tomo con tranquilidad”, señaló a Ovación con una risa que denuncia un poco de vergüenza ante los primeros flashes.
Busquets nació en Rocha, pero se crió en el Chuy. Los destinos de la vida quisieron que sus primeros pasos en el fútbol los dé en el Peñarol de su ciudad. Después pasó a San Vicente antes de recalar en el aurinegro. Vino a Montevideo con su equipo a jugar un par de amistosos y se quedó: “Nos llamaron a mí y a Kevin Lewis (con quien vive hoy en Montevideo). Estuvimos un año a prueba y nos ficharon”.
Si bien ya jugó 12 minutos en el Franzini por el Intermedio, sintió que el encuentro ante Liverpool fue su verdadero debut. “Contra Defensor entré un rato y con Peñarol ganando. El domingo fue todo distinto. Ya en el calentamiento lo viví de otra forma. Escuchaba a la gente cantar y saltar y es otra cosa... Nada que ver con un partido de Formativas. Hasta a mí me pasaba que por dentro cantaba las canciones de la tribuna”, dijo.
“Cuando arrancó el partido lo viví más tranquilo. Los nervios estuvieron en la noche anterior, que prácticamente no dormí nada. Igual ya me habían hablado bastante. Me dijeron que primero cierre mi sector y después haga lo que yo sé. Que era importante que fuera de menos a más. Después del partido me felicitaron todos. Yo quedé conforme con mi rendimiento.”, añadió.
El lateral reconoció que en Primera ya notó “otro roce”, pero destacó que los rivales lo trataron muy bien. “Incluso (Paulo) Pezzolano vino a felicitarme en el entretiempo y me dijo que disfrute esto”, confesó.
Busquets realizó esta última pretemporada junto al plantel, pero jamás se le pasó por la cabeza que iba a tener minutos. “A lo sumo, estar alguna vez en el banco de suplentes”, expresó. Sin Guillermo Varela, Mathías Corujo, Hernán Petryk ni Giovanni González, el pibe tuvo su oportunidad para mostrarse y lo cierto es que jugó para quedarse. Y justo en el día del niño...
Promesa: rasgos y curiosidades
Nace un líder: Es uno de los capitanes que Peñarol tiene en Divisiones Formativas. “Me dicen que hablo mucho y que contagio al resto de mis compañeros. Por suerte me tocó llevar la cinta. Es un orgullo”, contó.
Tiene chofer: Es menor de edad y todavía no tiene permiso para manejar, pero igual se las ingenia para ir a Los Aromos en auto. “Aprovecho que Franco Martínez vive cerca de casa y me sumo en el viaje”.
Los estudios están ahí: A pesar de que con la pretemporada se le complicó para rendir, continúa haciendo el liceo. Además, tiene planes para el futuro: “Me gustaría ser preparador físico”. Siempre vinculado al deporte.
Cappuccio, responsable directo de este cambio
El pecho se le llenó de ilusión a ese chiquilín que llegó a la Sexta como un volante ofensivo. Sin embargo, Busquets tuvo que cambiar sus planes. “Primero me pasaron a volante central y después a lateral. Alejandro Cappuccio, mi entrenador en esa categoría, fue el que tomó la decisión”, recordó. Para siempre le quedaron grabadas las palabras del DT: “Tenés un físico ideal para ese puesto, para hacer la banda. Tranquilo, que te voy a sacar bueno”.
“En el momento no dije nada, pero llegaba a casa y lloraba. No me gustaba… Quería jugar más adelante. Después me acostumbré y hoy te digo que fue lo mejor que me pasó”, confesó.
Desde entonces no paró. Se asentó en el puesto y le tomó el gustito. “Empecé a mirar laterales. Siempre me gustó mucho Guillermo Varela. Es un jugador con mucha proyección. Ahora justo tengo la suerte de compartir plantel con él y la verdad es que nos llevamos muy bien. Eso está buenísimo. A nivel internacional, me fijo en Dani Alves”.
Cappuccio también habló con Ovación y se mostró emocionado. “Es increíble que se acuerde de uno. Después del partido me mandó un mensaje. Es un pibe bárbaro, de una familia divina y con un nivel sociocultural por encima de la media. Cuando lo conocí en Sexta le vi condiciones para ser lateral. Tenía la altura y la proyección. Solo le faltaba afianzarse en la marca”, señaló. A la hora de buscarle un espejo, lo comparó con Javier Zanetti “porque con la pelota sabe mucho. Cuando se suelte, en cualquier momento mete un pase de gol”, añadió.
Cappuccio (escribano, abogado y profesor de educación física) es ahora DT de la Tercera de Wanderers y sueña con dirigir en Primera.