Redacción El País
Después de ganar 2-1 en Inglaterra, el Aston Villa visitó el Estadio Pierre-Mauroy de Francia para enfrentar al Lille por cuartos de final de la UEFA Conference League, donde cayó por el mismo resultado y la llave se estiró al alargue, y como se sostuvo la igualdad luego a definición por penales, donde el argentino Emiliano "Dibu" Martínez fue figura.

El partido empezó caliente para el arquero campeón del mundo con la selección de Argentina, porque cada vez que tocaba la pelota el estadio se venía abajo en silbidos en su contra. La razón es evidentemente la herida abierta de la Copa del Mundo de Qatar 2022, donde Martínez fue una de las grandes figuras para derrotar a la selección de Francia en la final, con atajas clave durante el partido y por supuesto en la definición por penales que le dio la tercera estrella a la albiceleste.

Pero, más allá de alguna buena atajada durante los 120 minutos, su show no empezó hasta la tanda de penales: su zona de confort. Antes del primer penal se acercó corriendo a la pelota para escupirla antes de que llegue el pateador, siendo advertido por el árbitro. Increíblemente, atajó ese primer penal. Se dio vuelta y, mirando a los hinchas que lo silbaron durante el juego, los mandó a callar.

Por esa acción el árbitro decidió mostrarle la tarjeta amarilla. Ya había recibido una a los 38' del primer tiempo por demorar un saque de arco, pero llamativamente no recibió la roja. ¿Por qué? Porque desde abril de 2020, uno de los cambios reglamentarios de la International Football Association Board (IFAB) dictamina que "las tarjetas amarillas mostradas durante el partido (incluida la prórroga) no se tendrán en cuenta en la tanda de penales". Para ser expulsado debería haber recibidio dos amarillas durante la definición por penales, pero no fue el caso.

Llegó el último penal de la tanda de cinco y solo le faltaba patear al Lille, que había errado uno de cuatro, mientras que el Aston Villa uno de cinco. Por lo que, de atajarlo, pasaría el equipo del Dibu.

El resto es historia. El argentino atajó, bailó y se lo dedicó a los franceses que colmaron las tribunas del estadio.