LOS TÍTULOS D E URUGUAY
Periodistas internacionales opinaron para Ovación sobre la medida de la FIFA
Lanoticia de la intimación de la FIFA a la AUF para que retire dos de las cuatro estrellas que luce la Celeste llenó de sorpresa al ambiente deportivo uruguayo, incluso por la forma insólita en que se produjo (el aviso a través de la marca Puma).
Fuera de fronteras también se le dio relevancia a la novedad, con mayor destaque en medios latinoamericanos y después en los españoles. Para saber qué se opina en el mundo sin el filtro del apasionamiento local, Ovación consultó a relevantes periodistas extranjeros.
Si bien hubo matices en las respuestas sobre si las cuatro estrellas eran adecuadas para los cuatro grandes títulos de la Selección uruguaya, en general hubo sorpresa y disgusto por la actitud de la FIFA, aunque en realidad no se conoce todavía la supuesta decisión oficial en ese sentido. Esto dijo la prensa del mundo:
Jorge Barraza (columnista internacional argentino)
"De entrada me pareció exagerada y antipática la decisión de la FIFA de obligar a Uruguay a quitarse dos estrellas de su escudo. Desconocía que hubiera un reglamento de equipación para las asociaciones nacionales. Uruguay tiene dos Mundiales y dos Olímpicos, los considera cuatro glorias dignas de inscribirse en su escudo con una estrella cada uno y por este lado parece legítimo. Por el otro, hay una normativa vigente que indica qué se puede lucir y qué no. La AUF está afiliada a la FIFA y deberá acatar la resolución, no queda otra”.
Jörg Wolfrum (revista Kicker, Alemania)
“En realidad no son todos campeonatos mundiales porque estos empezaron en 1930 y el primero lo ganó justamente Uruguay. Pero considerando lo que se había dicho por la misma FIFA en los años 1920 me parece un poco tacaño por parte de esa organización sacarle las estrellas. La FIFA debería tener la grandeza de decir: ‘hace cien años habíamos dicho que según nuestras reglas si los Juegos Olímpicos eran organizados de determinada manera los contamos como torneos del mundo’, pero como todo fue antes del año 30 cuando empezó la Copa del Mundo, tal vez deberían dejar a Uruguay usar las cuatro estrellas a Uruguay pero con otro color: dos estrellas por los Juegos Olímpicos en blanco y las otras dos por las copas del Mundo en color dorado, para que se pueda ver que tienen otro origen. Algo así me parece más justo y no tan tacaño porque la FIFA lo había autorizado en su momento”.
Guy Roger (periodista francés, corresponsal de medios latinoamericanos)
El caso es importantisímo para un país como Uruguay y supremamente difícil para resolver porque el contexto de hoy no es el mismo que en 1924 y 1928. Sobre todo teniendo en cuenta que el poder y la gran importancia del Comité Olímpico Internacional, sobre todo por razones políticas, no han parado de crecer. Desde mi punto de vista periodístico, el pasado donde se escribió la leyenda no se toca. Todo lo contrario. Son páginas de historia. Y el comportamiento de la FIFA es escandaloso.A mi no me extraña que los ejecutivos de la FIFA decidan unilateralmente. Dudo que se tomara la misma decisión si se tratara de Brasil, Alemania o Italia.
Rodrigo Lois (Grupo Globo, Brasil)
“El tema es extraño desde el principio, porque la FIFA buscó primero al proveedor de artículos deportivos, no a la Asociación Uruguaya de Fútbol. Si la FIFA participó en la organización del fútbol en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, atribuyendo a la competición el carácter de un campeonato mundial (según el Congreso de 1914), no veo sentido en la necesidad de quitar las estrellas del uniforme. Tanto es así que la FIFA llevó décadas lidiando con el asunto de manera ambigua, lo que en sí mismo es un error. Ver los torneos de 1924 y 1928 con la mirada de 2021, cuando hay un Mundial consolidado y Juegos Olímpicos vaciados para el fútbol masculino, es una acción anacrónica”.
Javier Tabares (Fox Sports-Espn y Radio Rivadavia, Argentina).
“Hay una realidad clara, única e indiscutible: Uruguay tiene cuatro logros que nada ni nadie podrán borrar. Hecha esta primera aclaración, considero que la presencia de dos o cuatro estrellas en la camiseta de un seleccionado no tiene la misma relevancia que los verdaderos acontecimientos deportivos, conformados por los títulos que la Celeste supo conseguir. Si la discusión pasa por la presencia o no de los símbolos en la casaca nacional, evidentemente será la FIFA la que en algún momento tendrá que pronunciarse de manera concluyente y definitiva acerca del significado y el alcance deportivos que tuvieron las conquistas de 1924 y 1928. Y deberá hacerlo con la perspicuidad necesaria, explicando si solo se trataba del nombre otorgado al vencedor o si también implicada el reconocimiento adquirido y su consecuente proyección. No obstante, de acuerdo a lo aprendido durante mi formación periodística y lo que internacionalmente se califica, los Campeonatos Mundiales de fútbol se denominan y reconocen como tales desde 1930. Por lo tanto, bajo ese criterio Uruguay posee dos Copas del mundo: la ganada como anfitrión ante Argentina, justamente la primera de la historia, y la indeleble gesta protagonizada en el Maracaná frente a Brasil en 1950. A los dos títulos mundiales se le añadan sus dos antecesoras medallas de oro olímpicas en fútbol, obtenidas en los Juegos de París y Amsterdam. Sin la mínima pretensión de invadir o de no respetar un sentimiento legítimo, producto de una situación que nunca fue aclarada, sostengo y reitero que lo verdaderamente importante son los logros en sí mismos. Ese siempre debe ser el enfoque principal”.
José Barroso (L’Equipe, Francia)
“Es un tema difícil y no conozco los detalles. Lo que puedo decir es que, sea cual sea la decisión que se tome, lo mínimo que debería ocurrir es discutir eso en las reuniones oficiales de la FIFA (no sé si pasó esto…), y comunicar lo resuelto a las federaciones y confederaciones. Y no solo advertir al sponsor... Lo lógico sería decidir reglas comunes. Hoy, cada país puede hacer lo que quiere, y a menudo deciden de utilizar las estrellas por razones de marketing”.
Oscar Barnade (Clarín, Argentina)
“En estas marchas y contramarchas de la FIFA queda claro que es estas cuestiones no se trata de la institución sino de los dirigentes que la gobiernan. En su momento se permitieron las estrellas en el escudo y ahora exigen retirarlas. En esta discusión no se trata de si el torneo fue amateur o profesional sino de exclusividades. Los dirigentes de FIFA, los de antes y los de ahora, nunca sintieron propias las competencias olímpicas posteriores a la Primera Guerra Mundial. Sí lo que sucedió desde 1930. Ese año, en Uruguay se editó el Album. Primer campeonato Mundial de Football, con documentos gráficos de época maravillosos. Guste o no, el título lo dice todo: se trató de un torneo pionero. En sus páginas se reproducen palabras de Jules Rimet en el discurso de despedida: ‘Es asombroso que un mismo país haya ganado tres veces consecutivas el Campeonato Mundial, porque si bien las justas de Colombes y Amsterdam no tenían ese nombre, fueron verdaderos campeonatos mundiales’. Luego, el mismo Rimet diferenció las competencias olímpicas y la Copa del Mundo organizada por la FIFA. Le encantó el apodo perpetuo de ‘Padre de los Mundiales’. Cuando la FIFA le permitió a Uruguay utilizar cuatro estrellas en la camiseta oficial se trató de un apropiado y justo reconocimiento histórico, aunque bajo el mando de Josep Blatter jamás incluyó a los torneos anteriores a 1930. Tampoco lo hará bajo la órbita de Gianni Infantino y, creo, nadie en el futuro (más allá de las presentaciones de los prestigiosos historiadores uruguayos con fuertes documentaciones). Sin embargo, dar marcha atrás con aquella decisión de 1992 genera un conflicto inoportuno e innecesario. Porque Uruguay, y eso no se discute, fue dos veces campeón del mundo antes de la existencia de la ‘Copa Mundial’, tal el nombre establecido en primer reglamento. Y después también”.