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Diego Aguirre mostró su chapa: ganó el duelo táctico, acertó en los cambios y puso a Peñarol en las finales

El aurinegro venció 1-0 a Liverpool por la semifinal del Campeonato Uruguayo con una notoria incidencia de su entrenador.

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Matías Arezo y Diego Aguirre en el triunfo de Peñarol ante Liverpool por la semifinal.
Matías Arezo y Diego Aguirre en el triunfo de Peñarol ante Liverpool por la semifinal.
Foto: Estefanía Leal.

Peñarol venció 1-0 a Liverpool en la última jugada del alargue, cuando todo parecía que estaba encaminado hacia los penales, y estiró la definición del Campeonato Uruguayo a dos encuentros más.

Las finales se jugarán los días miércoles y sábado (o domingo si la Mutual acepta correr la fecha) de la próxima semana, primero en Belvedere (17:00) y luego en el Campeón del Siglo (19:00) respectivamente. El negriazul perdió la ventaja que traía por la Tabla Anual y ahora competirán en igualdad de condiciones.

El aurinegro salió fortalecido en todo sentido anoche del Centenario. No solo por el triunfo, que era una cuestión impostergable para seguir con vida en este certamen, también en el estado de ánimo. Volvió a demostrar, tras mucho tiempo, que puede ser un equipo confiable. Dio una muestra de carácter y por varios pasajes mostró una mejoría futbolística.

Y en todo eso tuvo muchísimo que ver Diego Aguirre. Los entrenadores suelen quitarse responsabilidades y atribuyen prácticamente todo lo que pasa en el terreno a los futbolistas, pero ayer la Fiera fue gran responsable de la victoria.

Diego Aguirre, entrenador de Peñarol.
Diego Aguirre, entrenador de Peñarol.
Foto: Estefanía Leal.

El DT cambió de esquema táctico, se la jugó con tres centrales y dos carrileros, y disimuló los 10 puntos que Liverpool le había sacado de ventaja en el Torneo Clausura y los cinco de la Tabla Anual.

En cancha, no se notó. Todo lo contrario. El equipo afrontó este compromiso con dientes apretados y concentración absoluta. No cometió las desatenciones, algunas groseras, de los últimos meses y salió a jugarle a Liverpool con el acelerador a fondo.

Las divididas fueron prácticamente todas de Peñarol y ahí estuvo la clave. Hernán Menosse sacó todo del fondo y completó uno de sus mejores encuentros con la camiseta de Peñarol. Damián García fue el jugador más parejo a lo largo de los 120’. Corrió por varios de sus compañeros e hizo un desgaste brutal. Párrafo aparte para Guillermo De Amores, que fue exigido pocas veces, pero en todas respondió bien y brindando seguridad. Aparte tuvo una atajada clave en el final del segundo tiempo, contra Thiago Vecino, que fue determinante para llegar al alargue.

El equipo de Peñarol que empezó jugando la semifinal contra Liverpool.
El equipo de Peñarol que empezó jugando la semifinal contra Liverpool.
FOTO: Estefanía Leal.

La Fiera acertó en el planteo inicial porque anuló completamente al negriazul de mitad de cancha hacia adelante. No lo dejó jugar. Pero también tuvo un mérito importantísimo en los cambios. En el entretiempo, por ejemplo, corrigió con las salidas de Ignacio Sosa, muy impreciso, y Lucas Hernández, de aceptable rendimiento pero agotado físicamente. Y lo mismo hizo para jugar el alargue. Valentín Rodríguez no entró bien, tuvo una molestia y mandó a Franco González a la cancha.

El Cepillo fue clave porque con Abel Hernández, que había entrado para la segunda mitad, tuvieron las tres chances más claras. En las dos primeras se lo perdió la Joya: de cabeza y en un mano a mano; pero en la última no perdonó. El mediopunta juvenil se filtró por el medio de la cancha, rompió líneas y asistió a Abel, que entró solo por el sector derecho, para afirmarse y romperle el arco a Sebastián Britos. Triunfo 1-0 y a jugar finales.

Abel Hernández en la semifinal entre Peñarol y Liverpool.
Abel Hernández en la semifinal entre Peñarol y Liverpool.
Foto: Estefanía Leal.

Es cierto que Peñarol se vio beneficiado por la correcta expulsión de Rodrigo Rivero a los 89’, pero también había sido más cuando estaban 11 contra 11. El mérito del equipo, y de Aguirre, fue en aprovechar esa superioridad numérica en la cancha para ir por el triunfo. No especuló y, en la última, tuvo su premio. Liverpool no estuvo a la altura. Ahora empezará una nueva definición y con las mismas condiciones para ambos. Lo cierto es que la Fiera mostró su chapa, Peñarol volvió a rugir y quedó bien parado para lo que viene.

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