Redacción El País
Diego Gurri, futbolista profesional con pasado en Boston River y Progreso, reveló su historia personal a cinco días de la salir de la Unidad I de la cárcel de Punta de Rieles, donde ingresó el 1 de julio de 2023 y permaneció allí durante 10 meses. El mediocampista reveló "la vida horrible de las drogas" y su deseo de volver a jugar al fútbol.

"La vida misma te lleva a tropezar con la piedra, darte de frente contra la pared y cuando te querés dar cuenta capaz que es tarde, estás privado de libertad sin poder hacer nada, tu vida cambió y no dependés de vos mismo", inició el jugador en diálogo con #Minuto1 (Carve Deportiva).

Y añadió: "Y así fue como me fui despertando de la realidad, fui viendo que había perdido todo lo que me hacía feliz, que era el fútbol y era mi vida. No valoraba cuando estaba jugando y tenía todo y en un segundo me encontré detrás de las rejas por malos pasos que fui dando sin darme cuenta, o no queriéndolo ver porque mi familia me lo decía, y me tocó estar privado de libertad".

Foto: Fernando Ponzetto/Archivo El País.

Luego dio detalles sobre su tiempo en prisión: "El 1 de julio de 2023 ingresé y estuve 10 meses privado de libertad. Es una locura, cada semana no se pasa y es eterno, y más uno que vivía del fútbol y era feliz. Se termina todo, es como que caés por completo y te sentís indefenso, sin poder hacer nada más que querer cumplir la pena para poder salir y volver a luchar por lo que a uno le hace feliz. Hace cinco días salí de la cárcel, fue el domingo".

Gurri aprovechó el tiempo en reclusión para destinarlo a la actividad física: "Me traté de enfocar en algo que me hiciera sentir bien y me preparé para mi futuro que es salir y afrontarse a la realidad, que es afuera, donde esta la familia, los hijos y uno tiene que seguir viviendo y haciendo las cosas bien. Me enfoqué en entrenar, en tomarlo como un centro de alto rendimiento para el entrenamiento, cada día trataba de entrenar más y doble horario. En la cárcel había un profesor que me ayudaba, me hacía trabajos y entrenábamos con pesas. También hacíamos circuitos y ahí la fui llevando hasta que ahí adentro de la unidad hay una selección para todos los sectores y tuve la posibilidad de salir a la cancha de fútbol 11; ahí era cuando más libre me sentía".

Foto: Archivo El País.

Diego Gurri contó que "su mayor aliado" en la cárcel fue el entrenamiento físico junto a un preparador que también estaba en reclusión y desde ese momento comenzó a enfocarse en volver a jugar al fútbol. "En este momento estoy viendo el fútbol como no lo hacía cuando estaba en mi mejor momento. Este mal momento me hizo bien para que, si tengo la posibilidad, entrene el doble, sea el primero en ir a entrenar y en ayudar a los más chicos en lo que la vida me enseñó", manifestó.

"Es afrontar la realidad, quiero volver a jugar al fútbol, pero también hay que comer y mantener a la familia. Gracias a Dios tengo el apoyo de la familia, que siempre estuvo conmigo y fue un pilar fundamental cada fin de semana y todos los días en el teléfono; eran mi fuerte y son mi motivo", añadió.

También reveló que antes de estar en la cárcel no podía ver fútbol porque sentía "culpa", pero que estar en reclusión le hizo afrontar la realidad y "tener más ganas de volver a jugar". En este sentido, agregó: "Quiero volver a jugar al fútbol, tengo esa espina que me quedó. Estoy entrenando todos los días esperando una chance para poder demostrar que estoy con más ganas que nunca".