Lunes 20 de marzo. Siete de la mañana. Lluvia. Ruido de llamada. De un lado de la línea Diego Hernández y del otro su padre. Esperaba, escuchando atentamente el teléfono mientras tanto, el hermano del futbolista.

Hernández se subió al auto y llevó al pequeño al liceo para que no se mojara. Dejó el celular en su casa y la lluvia seguía. Cuando volvió, tenía una llamada perdida de un número desconocido y mensajes de Sergio "Chapita" Blanco, su director técnico en Wanderers.

—Levantate que viajás con la selección
—¿Qué selección?

El intercambio enseguida generó risas. El 7 de Wanderers no lo creía y su técnico seguía afirmado a su postura. "Ahí nos empezamos a reír", recordó el futbolista en diálogo con AUFTV.

Recién con el llamado de Jorge Ananía, gerente deportivo de la selección uruguaya, fue que empezó a tomar consciencia. Le creyó, pero pasó varias horas sin caer en lo que le estaba pasando. "No me lo imaginaba tan pronto", se excusó.

Cuando quiso acordar, tuvo que aprontar sus cosas y salir de apuro rumbo al Aeropuerto de Carrasco porque ya tenía el viaje confirmado para formar parte de la gira amistosa en la que Uruguay enfrentará mañana a Japón y el 28 de marzo a Corea del Sur.

Hernández no solo vestirá la camiseta de la selección mayor por primera vez en su carrera, sino que llevará la 10 a su espalda. Sobre el camino que lo llevó a quedarse con el número, contó: "Me enteré cuando me levanté. No sabía nada. Es otro desafío divino".