Redacción El País
Diego Lezcano, futbolista de Wanderers, había sido dado de alta el 30 de septiembre tras 20 días de internación en el CTI del Hospital de Clínicas tras sufrir una arritmia cardíaca mientras estaba en su domicilio. A dos meses de este suceso, el minuano de 21 años deberá operarse y, según pudo saber Ovación, ya está en la prelista de espera para realizarse un trasplante de corazón.

Cuando obtuvo el alta, a Diego le colocaron un desfibrilador. Este instrumento, variante mejorada del marcapasos, se encarga de envíar impulsos eléctricos al corazón cuando la frecuencia cardíaca es demasiado lenta para que reaccione. El problema de este aparato es que si los choques son muy frecuentes, pueden dañar aún más al corazón. Más allá de la colocación del mismo, Lezcano continuó con diversas arritmias y el pasado lunes sufrió una nueva desfribilación. Enseguida acudió al Hospital de Minas, para luego ser trasladado al Clínicas.

En busca de mejorar su calidad de vida y como ya informó Wanderers, será "intervenido quirúrgicamente para realizarle una ablación con navegador". El costo de esta intervención ronda en unos US$ 10.000, lo cual es difícil de costear por parte de la familia. Por este motivo el club notificó que se hará cargo de una parte del costo que implica esta operación y difundió el colectivo (abitab N° 141985) para ayudar al jugador a través de otros medios. Esta tarde su padre también se reunió con la Mutual de Futbolistas Profesionales.

La ablación cardíaca es un tratamiento que se utiliza para prevenir los latidos irregulares del corazón, conocidos como arritmias. Este martes, el entorno familiar del jugador confirmó a Ovación que esta intervención será en 2024, mientras están en la prelista de espera para el implante.

Es importante destacar que desde la familia confirman que jamás hubo indicios médicos de que Diego pudiese presentar este tipo de complicaciones cardíacas. En marzo se realizó la ficha médica "y dio todo bien". A raíz del último episodio los médicos le incrementaron la medicación al futbolista, que en este momento trabaja día a día con psicólogos para intentar sobre llevar el tema de la mejor manera posible.

Con las operaciones esperan que el futbolista “mejore su calidad de vida” y pueda desarrollar una vida normal. Aunque es inevitable que Diego piense en jugar al fútbol como el sueño de su vida, la familia destaca que esta cuestión está “en último plano”, aunque “saben que es muy duro para él”.

Foto: MWFC (Instagram)

El minuano, que se había venido a probar varias veces a Montevideo, llegó al Bohemio en enero tras ser campeón de la selección mayor de Lavalleja. Hasta ahora jugaba en la Tercera División y estaba por subir a la Primera. Su rendimiento incluso lo llevó a ser citado en las juveniles de la selección Sub 20 de Uruguay.

El pasado 10 de setiembre Diego sufrió una arritmia cardíaca cuando se encontraba en su domicilio en la noche de ese martes y rápidamente fue derivado al Hospital de Clínicas, donde permaneció internado durante varios días en el Centro de Tratamiento Intensivo (CTI).

La situación llegó a ser compleja a raíz de una infección respiratoria causada por aspiración de un vómito que se produjo en el momento de la intubacion en la madrugada del martes 10 de setiembre. Desde el punto cardiovascular Diego se mantuvo estable y en lo neurológico respondió favorablemente pero fue trasladado al CTI por infección respiratoria.

Conforme fueron pasando los días y lentamente, el estado de salud de Lezcano fue mejorando y ya en sala, el jugador habló con Sport 890 y dijo: Cumplí los 21 en el CTI. El peor cumpleaños de mi vida, pero por suerte tuve el mejor regalo”.

El joven futbolista de Wanderers describió paso a paso el episodio por el que terminó siendo internado: “Me acuerdo que estaba durmiendo y me despierto agitado y asustado, con presión en el pecho. No sabía qué hacer y le escribí a un amigo”, contó.

“No les escribí a mis viejos porque son de Minas y están muy lejos. Yo estoy viviendo en Ciudad de la Costa y le escribí a un amigo. Le mando saludos ya de paso al Topo, que me salvó la vida. Me trajo para emergencias. Ahí me empecé a descomponer, me subieron a la camilla, me acuerdo que me llevaron corriendo, me dieron unos electrochoques y ahí se me apagó ‘la tele’ como por tres días”, detalló Lezcano.