ENTREVISTA

Varios días en el campo, disfrutando amaneceres y atardeceres. Su cuenta de Instagram reflejó mucho la forma en la que abrazó al Uruguay de tierra adentro. Después, una breve estadía en Montevideo y luego un viaje de paseo a New York para disfrutar lo que espera que sea el último rato libre, porque llegó la hora de trabajar “donde sea. En la luna, igual. Ahora ya está, ya estuve bastante en casa, que es lo que quería de verdad”, dijo Diego “Memo” Lópezen su diálogo con Ovación poco antes de subirse al avión.

-¿Llegó la hora de empezar a trabajar de nuevo?
-Y sí, lo que pasa que las últimas chances las tuve que descartar porque no podía trabajar. Estaba mal de la cadera, me tuve que operar. Ahora, después de cinco meses, ya estoy bien. Fijate que antes me dolía al caminar, no podía ir a ningún lugar así.

-¿Cómo fue?
-Y la verdad es que estaba mal, los exámenes me los hice allá en Cagliari y el doctor me confesó que era una operación que hacía a las personas cuando tenían 65 años, pero me avisó: “te la tenés que hacer porque ya te desgastaste los cartílagos, te están pegando los huesos”. Yo caminaba mal. Ahora estoy bien, además a los dos meses ya caminaba sin problemas y sin dolor.

-¿Te afectó emocionalmente tener que dejar de trabajar?
-Mirá, en realidad cuando pasó lo del Brescia y terminó el vínculo yo quería venirme a Uruguay para poder ver a los gurises jugar, algo que no había podido hacer. Quería seguir a los más chicos que están en River, quería estar con ellos, tienen 15 y 17 años y yo tenía que estar. Los fui a ver en los partidos de los fines de semana. Admito que si hubiese salido algo hace un mes hubiera ido, pero también sabía que es ahora cuando se va a empezar a mover el mercado. Sinceramente, tuve la suerte de poder quedarme un poco en casa, porque llevaba cinco años seguidos entrenando sin parar, entre Cagliari y Peñarol, y precisaba esa pausa.

-¿Hoy te movés solo o te representa el Grupo Casal?
-Tengo una amistad enorme con Paco, pero ya en los últimos contratos de jugador me los hacía yo porque tenía una enorme afinidad con el presidente. De entrenador he hablado mucho con Paco, me ha dado como en toda mi carrera muchos consejos, pero ahora me estoy manejando con el “Petete” (Fernando Correa) que es un hermano. Él dejó de entrenar, la última vez fue en Cerro, se dedicó a la representación de jugadores y entrenadores y estoy con él. Todo lo que me venga lo analizamos juntos porque nos une una gran amistad y sabe lo que yo pienso.

-¿Hoy tenés algún sondeo?
-Hoy no, me cayeron propuestas en el momento que no podía trabajar porque no estaba bien. Algunas eran importantes y otras no me convencían, pero las dos que me gustaban como proyecto y todo no pudo aceptarlas. Ahora se va a empezar a mover y lo que hay que hacer es tratar de elegir, porque por suerte a veces tenés la posibilidad de decidir a dónde ir y a dónde no. Teniendo esa chance no quiero errar para seguir construyendo una buena carrera.

-En Italia te hiciste un nombre, ¿por ser Europa vas a cualquier lugar o también mirás la seriedad que tenga el proyecto que te ofrezcan?
-El último trabajo fui al Brescia porque conocía mucho al presidente, porque estuvo en el Cagliari muchos años. Sabía que el equipo no estaba bien, pero a veces se trata de tenerse fe y el proyecto también era importante, como para seguir. Era algo bueno, pero a veces las cosas no van como uno quiere y no salió bien. Ahora a cualquier situación no voy. Teniendo la chance de medir bien todo no voy a ir a cualquier lado por más que sea en Europa.

-¿Qué tiene que tener un proyecto para que te seduzca?
-El del Brescia era una situación complicada pero tenía buenos jugadores y había la chance de poder seguir. Ahí hice un contrato de dos años y medio y no uno de seis meses para tratar de salvar al equipo y nada más. Uno busca cosas así, aunque después te puede ir mal. Es algo así o un equipo que quiera ganar. Por ejemplo, yo fui a Peñarol porque sabía que era el proyecto era ganar. Y así es en los equipos grandes, donde el proyecto es ganar, porque si ganás seguís y si no ganás no seguís.

-¿Cómo conformás hoy tu cuerpo técnico?
-Michele Fini de segundo entrenador y Francesco Bertini de preparador físico. En Uruguay, porque hacía mucho tiempo que yo no estaba, precisaba tener a alguien que estuviera empapado del medio y por eso sumamos al profe Alejandro Valenzuela. Hoy, además, normalmente a los equipos que vas tenés analistas, un colaborador institucional porque hay estructuras armadas y yo me adapto a lo que es. Los demás siempre son gente joven, que quiere aprender, que son hinchas del club y yo me he adaptado a esa situación.

-¿Qué pensabas cuando se hablaba de Marcelo Gallardo para la Selección uruguaya?
-En Uruguay hay entrenadores muy capacitados para orientar a la Selección. Los dirigentes apuntaron a Gallardo y todos sabemos que es un técnico que ha ganado mucho, también me gusta, y acepto que era una elección del Ejecutivo. Pero repito, tenemos muchos entrenadores que están preparados para dirigir a Uruguay.

-Estabas en el campo, ¿volviste a Montevideo para ver la final Peñarol-Plaza Colonia?
-No, no. A Peñarol desde todos lados porque lo sigo siempre, bueno en realidad veo todo el fútbol uruguayo. Mirá que sigo hasta los partidos de la B. El fútbol uruguayo me tira siempre y a Peñarol lo veo desde cualquier lado. El regreso a Montevideo fue por el viaje a New York.

-¿Fuiste al Centenario?
-No, lo vi en casa.

-¿Cantaste y festejaste?
-Sí, con mis hijos. Acá somos todos hinchas de Peñarol, hasta mi señora que era de Nacional la cambiamos. Acá es todo en dos colores.

-¿Qué fue para vos la historia en Peñarol como entrenador? ¿Podrá darse algún día un regreso?
-Viste cuando te sacás una espina de adentro, bueno... Yo quería estar en Peñarol. No pude estar como jugador y me tocó como entrenador. Lo disfrutas un poco menos pero viví el día a día de Peñarol que es lo que quería, pero ahora mi carrera la quiero seguir y como ya hice lo que quería hacer. Ya está. No puedo decir nunca más, pero lo que quería hacer lo hice. Voy a seguir siendo hincha de Peñarol, pero ya está. Hubiese preferido haberme puesto la camiseta, pero ya fue.

-¿Cuál es el sueño más grande que tenés como técnico?
-Me gustaría poder quedarme en un equipo de Europa tres o cuatro años y poder hacer un gran trabajo. No es fácil y mucho menos cómo está el fútbol hoy, donde el proyecto son los resultados. Me gustaría hacer crecer jugadores jóvenes. Después, es normal, la Selección siempre tira. Yo siempre lo dije, pero hoy no me veo pronto para la Selección, creo que tendría que ganar algo más, sumar más experiencia y mayores vivencias. Me gustaría llegar de la forma en la que lo hice a Peñarol, porque yo si no me hubiese sentido preparado para venir a Peñarol no lo hubiera hecho. Cuando lo hice es porque sentía que estaba pronto para lo que es el mundo Peñarol y eso quiero sentirlo si alguna vez se da la chance de la Selección. Hoy no me siento preparado para lo que es Uruguay, porque a nivel personal yo quiero tener una mayor experiencia. Eso te lo da el recorrido, quiero ir a la Selección y andar bien.