Es el principal imputado en la causa, pues fue el neurocirujano que supuestamente lo operó del hematoma subdural en la cabeza que le había provocado problemas de movilidad y en el habla a Maradona. Según algunos audios, Luque (40) no habría participado directamente del acto quirúrgico, sino que lo habría supervisado, aunque ante la familia apareció como quien hizo la operación.

Para las autoridades que investigan el caso era, junto a Luque, quien estaba a cargo del cuidado de la salud de Maradona. Ella niega que fuera así, pues asegura que el seguimiento médico estaba cargo del equipo elegido por el médico tratante (Luque), el paciente (Maradoan) y su familia. Cosachov (37) fue una de las personas que encontró sin vida al 10.

Tenía a cargo la atención de Maradona por su especialización en adicciones. El psicólogo, de 30 años, vio tres veces al 10 en la casa del barrio San Andrés y fue quien ingresó al dormitorio junto a Cosachov al momento de encontrarlo muerto.

Era la médica de Swiss Medical (la clínica donde había sido operado Maradona) que tenía a cargo la coordinación de la atención del paciente. Era quien dialogaba con los enfermeros y hacía el seguimiento del estado de salud, determinando a distancia los acompañantes terapéuticos que debía tener Maradona durante las 24 horas.

Almirón (39) pertenecía a Medidom, una empresa tercerizada por Swiss Medical para colaborar con Maradona durante la internación domiciliaria. No obstante, dependía de Forlini. Era quien estaba al cuidado de Diego durante el horario de la noche y la madrugada. Habría sido el último que lo vio con vida.

Al igual que Almirón, Madrid (38) pertenecía a Medidom y estaba bajo la supervisión de Forlini. Fue la tercera persona que ingresó al dormitorio para encontrar sin vida a Maradona. Durante la indagatoria declaró que la empresa para la que trabajaba la había obligado a poner en un reporte que había intentado tomar el control de los signos vitales de Maradona, pero que en realidad nunca había ingresado a la habitación hasta que lo hizo sobre el mediodía cuando ya el paciente estaba muerto. Lo había escuchado moverse 7.30, pero no había entrado.

En su caso era el que coordinaba el ingreso y egreso del personal de enfermería, pero está implicado por ser sospechoso de haber falsificado la firma de Maradona en una planilla de control. Al momento de declarar, Almirón informó que cuando él le entregó la planilla a Perrone (41) luego que el 10 ya estaba fallecido, ésta no tenía firma alguna de Maradona. Perroni niega haber falsificado la rúbrica y añadió que las órdenes durante la internación domiciliaria las daban Cosachov y Forlini.

Había sido contratado por Medidom y Swiss Medical había delegado en él la atención clínica de Maradona durante la internación domiciliaria. A Di Spagna (48) se lo acusa de haber omitido el cumplimiento de los deberes a su cargo, ya que debía controlar regularmente el estado de salud del paciente y nunca lo hizo. Tiene trascendencia porque tanto Luque como Cosachov aseguran que la muerte de Maradona fue como consecuencia de una falla cardíaca que no fue alertada.