Por Juan Pablo Romero.
Nosotros en la concentración tenemos un pool, un ping-pong, siempre prendemos un fogón para charlar, ahora que se vienen los fríos está la estufa... Realmente hablamos un montón, pasamos mucho juntos”, cuenta Diego Rodríguez (33) sobre lo bien que le hizo a Nacional volver a concentrar en la Ciudad Deportiva de Los Céspedes, en una iniciativa del técnico Álvaro Gutiérrez.
En realidad la pregunta había sido si tenía que retar a algunos de sus compañeros jóvenes por el uso excesivo del celular, pero además de dar una respuesta negativa, sus comentarios dieron para profundizar. Es que el Guti es un entrenador que hace mucho hincapié en “hacer grupo”, un técnico que se interioriza por lo que está viviendo cada uno de sus jugadores.
“Ahora claramente compartimos muchísimo más. Siempre hablo con los compañeros: la concentración en un hotel siempre es más fría, porque vos comés y te vas a tu habitación, porque como mucho te juntás con dos o tres compañeros más. Acá tenés un salón común, que la gran mayoría del tiempo estamos ahí, salvo cuando te vas a descansar. La realidad es que compartimos mucho tiempo. Ahí es cuando generamos un buen grupo. Es un deporte en conjunto, y yo soy un convencido que cuando tenés un buen grupo es más fácil conseguir cosas importantes”, reafirma el Torito desde la tranquilidad de su casa después del entrenamiento de la mañana y tras haber almorzado, justamente, en Los Céspedes. Es que, pese a que puede elegir llevarse la vianda a su casa, él opta por almorzar en la concentración.
El Torito nunca había tenido como técnico a Gutiérrez, aunque le habían hablado de él. “Me habían comentado cómo era, cómo se maneja. Me gusta mucho el trato que tiene con el futbolista, es muy cercano, habla mucho con el jugador, lo escucha y tiene ese ida y vuelta con nosotros que está buenísimo. Es un aspecto súper positivo. Se habla de todo con él, trata de interiorizarse, de conocerte. Hemos tenido poco tiempo de trabajo, mucho viaje, muchos partidos, pero ese es un aspecto que está bueno, que trata de conocernos y que suma pila”, puntualiza.
confianza. Diego Rodríguez lleva 60 partidos oficiales jugados en Nacional y es uno de los que vence contrato el 30 de junio, aunque tiene una cláusula en su vínculo que si juega determinada cantidad de minutos se renueva automáticamente.
En 2022 por momentos fue titular, por otros entró desde el banco. Jugó 33 partidos, 17 de ellos desde el inicio. En lo que va de la presente temporada lleva disputados 12 encuentros y solamente no fue titular en los dos de la Copa Libertadores, aunque sí sumó minutos. “Yo siempre me preparo para jugar. Hay momentos que te salen mal las cosas, otros momentos que no, momentos en los que el técnico pretende algo que de repente no se lo podés dar. Hay momentos personales, en los que vos querés dar algo, y quizás no estás bien desde lo emocional, desde lo físico, y no estás del todo bien. Hoy me siento bien en la confianza, de lo físico ni que hablar, pero sobre todo en la confianza en mí mismo”, cuenta con naturalidad sin el ruido habitual de su casa cuando están sus hijos de siete y cinco años, que al momento de esta conversación, estaban en el colegio.
“Tanto el año pasado como este, siempre me sentí importante para mis compañeros, que eso te ayuda a estar bien”, insiste.
El Torito aclara: “Estoy feliz, disfruto desde el día uno de estar en Nacional, es el club del que soy hincha desde chiquito. Esperemos que se pueda dar (la continuidad), porque estoy donde quiero estar”.
SU ROL. En general da la impresión que Rodríguez siempre juega de la misma manera. Es difícil que se destaque, pero también es difícil encontrar que juegue mal. “Trato de ser regular, de hacer lo que me pide el entrenador. Prefiero ser regular, y no tener un partido de nueve puntos y al otro de tres puntos. Busco eso, trato de ser parejo en todos los partidos”.
El Torito no evadió le pregunta de la famosa postura del equipo desde la llegada del Guti. Este Nacional no se pone nervioso si no tiene la pelota, tampoco si tiene a todos sus jugadores en su propio campo. Es un equipo que rara vez presiona en campo rival, aunque busca sí realizar un presión tras pérdida. “Es algo que estamos trabajando. Lo he escuchado al Guti hablar y es una gran verdad para llevar su idea a cabo. Estamos haciendo hincapié en que tanto si estamos alto o si estamos bajo, estemos cortos, porque nos ha pasado en muchos partidos que hemos querido salir a presionar y hemos quedado largos. La idea es tener un equipo corto, compacto, para que no haya espacio”, explica. Pocos metros entre las líneas y generar bloques fuertes es un poco la consigna del equipo. Mal no le ha ido en lo defensivo, ya que Nacional, desde que llegó Gutiérrez, lleva recibidos cuatro goles en siete partidos y cuatro arcos en cero.
Ser el balance del equipo, estar siempre ordenado y atento a cubrir espacios cuando un compañero se le va al ataque son las tres grandes consignas que tiene el Torito en este Nacional cuando juega como volante más retasado, aunque sabe que tiene que salir a “romper” más cuando juega de interno por la derecha. “Cuando juego de interno me está faltando llegar más al área rival, caer por sorpresa. A veces, por cubrir algún espacio, de repente no llego o me queda más lejos el arco. Por la toma de decisiones, trato de quedarme más de balance”, admite con honestidad.
No le molesta que se diga que Nacional juega mal, pese a los resultados que logra: “Somos conscientes cuando jugamos bien o mal, y para saber qué nos está faltando. Defensivamente hemos crecido mucho, pero ofensivamente nos está faltando generar más circuitos de juego y situaciones de gol”.
El Torito cree que el equipo está en un momento donde las energías juegan, y Nacional atraviesa por una positiva. “La confianza que te va dando el ambiente positivo, el empuje de la gente, la confianza en el compañero, son claves. A la energía positiva hay que acompañarla con hechos, con constancia. No es que la pelota pega en el palo y entra porque sí”.
ESTRELLA. Diego Rodríguez había compartido plantel con Luis Suárez en la selección uruguaya, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. También lo hizo en el semestre pasado. “Futbolísticamente cambió algunas cosas. Hoy se tira unos metros más atrás y hace jugar más al equipo. Sigue teniendo una ambición impresionante, por eso ha hecho la carrera que hizo y sigue haciendo goles”.
También admite, que más que el regalo de fin de año (un celular de última tecnología), lo que más lo sorprendió y le gustó fue un regalo anterior: “El detalle que más me llamó la atención de Luis fue la camiseta de la selección para cada uno y que le haya hecho una dedicación a cada uno de nosotros. No es lo material, es ese detalle afectivo de habernos obsequiado una camiseta suya”.