Año 2009. Diego Romero (24 años) veía clásicos entre Nacional y Peñarol con su hermano y se ponía en personaje de jugador. "Yo soy este", "vos sos aquel", repetían en casa. Hoy, esa fantasía –a falta de una firma– se convertirá en realidad porque, en las últimas horas, llegó a un acuerdo con el tricolor para firmar contrato por un año.

La operación ya está acordada para oficializarse y pasar a ser la segunda alta del 2025 tras la oficialización de Rómulo Otero. Se trata de un préstamo con opción a compra que supondrá un salto en la carrera de este futbolista nacido en Florida, que a los 12 años se radicó en Nueva Palmira.

"Es un sueño no solo para mí, que esto lo quise desde chico, sino familiar. Hace un rato me llamó mi hermano emocionado, recordando cuando éramos chicos y nos sentábamos a mirar todos los partidos de Nacional juntos. Soñando con algún día poder estar ahí. Es algo que luché y sufrí mucho y que hoy esté a punto de cumplirse no tiene explicación", le dijo a Ovación. "Voy a dar todo por Nacional porque quiero conseguir cosas importantes con el club".

Hincha del equipo desde chico, era casi una diaria verlo en su casa vestido con la camiseta blanca. Ovación accedió a un recuerdo imborrable de su infancia en el que se lo ve haciendo el clásico gesto de surfista (que también usaba en sus festejos Ronaldinho), de lentes de sol y con una pared algo descuidada hacia el fondo, que da cuenta de la humildad de su familia.

Muy ágil desde chico, jugó el último año de baby fútbol en Sauce y al tiempo pasó al club Agraciada. Las bases fueron entre Florida y Nueva Palmira, hasta que desembarcó en Montevideo para probar suerte en las juveniles de Boston River y tuvo, entre otros, a Sebastián Abreu como entrenador. Al principio, la adaptación le costó, aunque luego, en el 2020, se mudó de la casita de formativas a vivir solo y su carrera fue en ascenso.

"Abreu no me colocó en mi puesto natural, que es de volante por afuera y me ponía de cinco y me decía que me veía muy bien, aunque nunca me dio la oportunidad de debutar en primera, de tener más chances y jugaba en tercera. Pero luego cuando asumió Juan Tejera como técnico, me llamó y me preguntó de qué jugaba, cómo me sentía y me preguntó si tenía contrato. Yo le respondí que soy volante por afuera, que también puedo dar una mano de lateral", dijo en una entrevista de hace unos años a El Eco Digital.

Foto: AUF.

La roja y verde le sentó tan bien que le permitió seguir identificado con esos colores, solo que desde 2022 a esta parte fue con la camiseta de Deportivo Maldonado. La última temporada allí la cerró con 32 partidos jugados, un gol (curiosamente a Nacional) y cuatro asistencias en un equipo que descendió.

Se destaca por su velocidad, pegada y capacidad para desbordar por la banda, ya sea como lateral izquierdo (donde lo utilizaron mayoritariamente en Deportivo Maldonado), mediocampista o carrilero. Mide 1,81 metros y es zurdo. Peleará el puesto con Gabriel Báez.