DE VOLEA
Los videos que se hicieron virales de los festejos de Peñarol y Nacional evidencian que cantar a la cámara es tribunero y criticar, un boomerang.
Si hay algo que uno aprendió en la vida es que no solo hay que serlo, sino parecerlo. Hoy somos todos moralistas, apuntamos con suma facilidad los dedos acusadores y nos rasgamos las vestiduras, pero quizás en un rato vamos y hacemos lo mismo que denunciamos.
Todos somos de doble moral. Algunos en mayor medida y otros en menor. Lo ocurrido en Peñarol y Nacional en las últimas horas lo deja en claro, pero vamos por parte. Primero: ¿alguno estuvo en un festejo de fútbol, aunque sea del cuadro del barrio, en el que no le dedicó el triunfo al acérrimo rival? ¿La gente cree que los jugadores de Peñarol iban a ir a sentarse a golpear las palmas y a decir: ¡Peñarol... Peñarol!? El error es no parecerlo. Lo tonto (y tribunero) es cantar a la cámara de un celular como un barra brava y compartirlo en redes. Podrían haber hecho lo mismo sin grabarse y nadie se enteraba.
Segundo: la dirigencia de Nacional criticó los cánticos irreverentes del presidente mirasol Ignacio Ruglio y resulta que unas pocas horas después los entonaron ellos festejando el resultado de las elecciones. Otra vez: hay que parecerlo, muchachos. ¿O no saben que todo se sube a las redes “suciales”?