ENTREVISTA

Minuto 94 del partido. La Luz empata 1-1 ante Cerro y tiene la última jugada del partido. “Cuando arranqué hacia el área miré al cielo y le dije: ‘Bueno, hermanito, vamos a hacerle un buen regalito a la vieja‘. Y después que partió el centro y la empujé obviamente se me vino todo eso a la cabeza de que el pedido de él se había hecho realidad”, cuenta Edgar Martínez, autor del tanto agónico. Luego llegó la emoción: mirada al cielo, brazos elevados y una dedicatoria que buscaba honrar la memoria de Williams Martínez justo en el día en que se cumplían nueve meses de su partida física.

Su hermano Edgar, que había dejado el fútbol profesional en 2019, volvió a practicarlo tres años después por un motivo especial: “Aparte de que tuvo participación Miguel Mesones y Julio Fuentes que están trabajando en La Luz, también fue por él. Sentí que me puso esta oportunidad y me dijo: ‘Dale para adelante‘ para que todas estas cosas se vieran: que un tipo con 43 años, después de haber estado tres años inactivo, pueda volver. Y eso es una pequeña muestra de que sí se puede lograr lo que te propongas. Nada es imposible, mientras hay salud hay esperanza y, si no hay salud, también hay que luchar contra la enfermedad que sea”, manifestó. Y luego envió un mensaje esperanzador: “A raíz de esto he estudiado, leído muchos libros e historias y creo que la parte mental es fundamental: estar positivo, creer y tener fe”.

Aquel 17 de julio de 2021 fue un día fatídico para el fútbol uruguayo tras el suicidio de Williams Martínez, reconocido exfutbolista con una extensa trayectoria a nivel local e internacional. En la actualidad, Edgar cuenta que las secuelas del suceso perduran para siempre, pero que la familia se encuentra “fuerte”. Y tiene gratos recuerdos de su hermano a nivel personal y futbolístico.

“Desde chico veía a toda la familia movilizándonos con nosotros dos en todas las canchas: en baby fútbol, todo el proceso de juveniles; Willy iba a entrenar en el Charrúa con las categorías Sub 15, Sub 17 y Sub 20 de la selección en la época de Víctor Púa y estaba meses ahí. Fue un tipo que le dio todo al fútbol en la época que no era fácil arreglar el tema estudio y deporte. cuando tenías que elegir si hacías el liceo o concentrabas con la Sub 15. El sueño de él era jugar profesionalmente, llegar a Primera, estar en la selección y poder comprar con su primer sueldo la casa de mis viejos, que lo pudo cumplir. Y esos son los recuerdos más grandes que tengo”, cuenta Martínez.

Pero tampoco olvida una de las primeras veces en las que le tocó enfrentarlo durante el cruce entre Wanderers y Defensor Sporting en 2007. Con Edgar jugando para el Bohemio y Williams para el tuerto. “Nosotros íbamos ganando 2-1 y casi en la hora el arquero nuestro salió a cortar un centro, le cabecearon la pelota, cayó al segundo palo y el Pelado Cáceres, que ya estaba vendido al Villarreal, entraba solo a empujarla. Cuando el Pelado va viendo bajar la pelota para empujarla, yo le mando el viaje, tranqué pelota, lo levanté al Pelado y fue una patada que se escuchó en todo el estadio. Me acuerdo clarito que el Willy le pedía penal al Tano Cabrera y yo le decía: ‘Dejate de alcahuetear‘, con otra cosita más acordándome de mi propia madre. Esa fue de las más graciosas porque el Tano García se mataban de risa y decía: ‘Ustedes están locos, son hermanos y se putean a su propia madre‘”.

Es cierto que los hermanos Martínez estuvieron cerca de jugar juntos como futbolistas, pero el fútbol los terminó uniendo en un mismo equipo y con diferentes roles: Edgar como ayudante técnico y Williams como jugador del equipo. Ocurrió en 2020 cuando el actual jugador de La Luz era ayudante técnico de Edgardo Arias. “Lo tuve como capitán del equipo; ese año compartimos mucho tiempo juntos y me dejó muchas cosas. Son de las ocasiones en las que decís: ‘¿Qué increíble, no? El año antes de su partida quizás fue en los momentos que más compartí dentro del futbol porque la carrera nos llevó a estar muchos años en el exterior, entonces quizás nos perdimos muchos años‘”, comentó. Después terminaron jugando la final con Sud América, aunque el resultado no fue el deseado. “El fútbol nos unió, me acuerdo de sus palabras como capitán del equipo pidiéndome disculpas llorando por no haber podido lograr el objetivo. Justo en ese año nos tocó vivir cosas fuertes”, añadió.

A nivel futbolístico Edgar afirma que lo único que pudo haberle faltado a la gran carrera de su hermano fue jugar en la selección mayor, pero hizo alusión a una misión de vida que no pudo cumplir. “Como hijo, como padre, como hermano. En el fútbol creo que se pudo dar los gustos que quiso porque jugó en la Premier League, en equipos grandes en el exterior, en un montón de países y varios cuadros uruguayos importantes. Pudo ser parte de la selección durante todo el proceso de juveniles hasta sub 23, quizá jugar en la mayor fue lo único que le quedó pendiente. Pero obviamente con 38 años no todo es fútbol, termina de rodar la pelota y tenés que ser padre, hijo, nieto, hermano, y a eso le llamó la misión de vida: haber podido llegar hasta la vejez y poder ver a sus nietos”.

Ante un suceso de tal magnitud se aprende a convivir con el dolor. “Las secuelas quedan para los familiares que quedamos acá, los que la tenemos que sufrir y bueno, en este momento estamos fuertes, espiritualmente hemos recibido ayuda y nos ha servido mucho porque hay cositas que marcan que él está bien, que está en paz. En su vida él no pudo completar su misión de vida porque todos venimos a este mundo con un propósito. El mensaje más grande lo dejó en su partida”.

Al ser consultado acerca de qué le diría a alguna familia que está pasando por alguna situación de estas características, respondió: “A raíz de lo sucedido mucha gente viene y me comenta la interna de la familia y de sus problemas, yo trato de darles un buen consejo y decirles que no hay que dejar de luchar por lo que uno quiere. Podemos sufrir en la parte amorosa, a nivel sanitario, económico o la que sea, pero trato de dejar el mensaje de que todas las situaciones adversas se pueden revertir”, finalizó con optimismo un futbolista que a sus 43 años sigue en estado de vigencia absoluto.

La Luz terminó primero en la serie B del Torneo Competencia con 15 puntos en cinco fechas, está invicto y llega a la final que disputará ante Racing, quien terminó como líder de la zona A, con buen ánimo tras la victoria agónica ante Cerro: “Primero que nada lo que se trabaja esta semana específica teniendo en cuenta la final es la cabeza porque después lo otro ya lo tenés integrado. Se trabaja ese aspecto para enfocarse exclusivamente en la final y después ajustar algún detalle que pueda quedar táctico en base a nuestro equipo y al rival que vamos a enfrentar”, inició Edgar Martínez. Luego, el defensor hizo alusión a cómo viene asumiendo el equipo esta racha triunfal: “El momento lo llevamos bien con los resultados, pero eso es un trabajo que día a día lo hace el cuerpo técnico y los muchachos de más experiencia; se trata de tener los pies sobre la tierra sin dejar de soñar y de perder el foco en el objetivo”, finalizó.

A la hora de pensar en el rival que tendrán en la definición que disputarán el próximo domingo ante Racing, Martínez tiene claro que se enfrentan a un conjunto que lleva un largo tiempo bajo la conducción de Damián Santín: “Racing primero que nada tiene muy buen plantel, un entrenador excelente que aparte de ser joven ya tiene un ascenso, conoce la categoría y trabaja con el equipo desde el año pasado, eso es para tener en cuenta. El otro día tuvo un traspié, pero es un equipo al que hay que tenerle cuidado, conocer sus fortalezas y virtudes, pero también confiar en las nuestras y corregir los errores porque el otro día ganamos un partido con pelota parada”, expresó en referencia al encuentro ante Cerrito que ganaron con un gol marcado por el zaguero. “Es un detalle, pero define partidos y en todos esos detalles el que esté más vivo se lleva la final y esta ventaja que te da el poder entrar a los playoffs anticipadamente”, cerró.