El espirítu dialoguista y la picardía jamás faltan en una cita con el economista (hoy candidato a vicepresidente de Nacional) Eduardo Ache, quien dice estar “viejo” para “revanchas” y elude como hábil puntero las preguntas incómodas. Su foco está puesto en que el equipo—donde ganó cinco Campeonatos Uruguayos como presidente— se pueda vanagloriar por tercera década consecutiva como el club con más trofeos, como lo hizo en los últimos 25 años.
Los derechos de televisión y una mayor apertura de la directiva a escuchar a todos los socios son solo dos de sus dos caballitos de batalla, a días de que se celebre una nueva elección.
-Ya fue delegado, neutral, presidente. ¿Lo único que le falta es ser vicepresidente de Nacional?
-No logro entender el objetivo (de la pregunta). ¿Vamos a hablar de lo que vemos para adelante o sobre mi persona?
-De todo. Para entender su decisión es interesante saber si es solo porque le falta ocupar ese lugar o tiene una explicación aparte.
-Yo siendo suplente del onceavo ya estoy contento. Nadie se va a presentar para ser vice. Simplemente entiendo que este es un momento en el que Nacional se juega muchísimas cosas y lo he señalado. Mi padre, que fue 30 años dirigente de Nacional, nunca fue presidente y siempre venía con el orgullo a casa de que colaboraba, sin importar dónde estaba. Esa fue mi escuela y donde me crie. Hace 25 años que estoy en Nacional, sigo pensando lo mismo y creo que he demostrado, estando y no estando, que no necesito tener un cargo para ayudar y defender al club.
-En una entrevista en Malos Pensamientos, en 2021, dijo que había que saber retirarse a tiempo. ¿Por qué decide volver ahora?
-Usted en una nota preguntó si era sano que yo me presentara, ¿se acuerda?
-Sí.
-El que decide si es sano o no es el socio. Nadie me va a decir a mí cuándo tengo o no que presentarme. Además, yo no quiero ser presidente, lo cual es una manera de retirarme. Ya di las razones muchas veces y creo que tomé una decisión correcta. Hoy estoy acompañando a quien me dio un espacio para hablar de los temas que, entiendo, Nacional debe hablar para repetir en los próximos 25 años lo que hicimos en estos últimos 25.
-Recuerdo que decía que no se sentía “opositor” o que, por lo menos, no le gustaba la palabra oposición. Pensando en esa lógica, ¿no debería estar quizás en la corriente de Vairo-Perchman?
-No lo tome a mal, pero pareciera que, en vez de ponernos a hablar de lo que entendemos que es necesario para el club, estamos en una especie de inquisición sobre temas puntuales. Creo que lo importante es qué necesita Nacional para los próximos 25 años; no si debía estar en una corriente o en otra.
-Puede ayudar a entender a quien lea la decisión de Ache de ir como vice.
-Ache va ahí porque es en el único lugar que le dieron un espacio para estar.
-¿En el oficialismo no le hicieron lugar?
-El idioma español es muy claro y preciso. Saque usted la conclusión que quiera. Hay un sistema que es de inducción y deducción…
-¿No tuvo contacto con la directiva actual hasta que se reunió con Balbi y le pidió que fuera candidato?
-Sin duda tendí la mano y donde me abrieron el espacio fue aquí (en la 1971), donde para mí es un orgullo acompañar a Javier Gomensoro, del que no tengo la menor duda de su capacidad y condiciones. Cada uno está con quien quiere. En el caso de las otras dos listas, una es un desprendimiento de la otra. En estos tres años estuvieron y funcionaron juntos.
-Una de las cosas que ha repetido es que ve un enfrentamiento a nivel político en Nacional como no recuerda en mucho tiempo. ¿Entre quiénes es?
-Para mí, ese es el tema central. Nacional tuvo culturalmente una forma de funcionar durante muchos años y así le fue. Nacional había recuperado la actitud positiva de que el perdedor le tendiera la mano al ganador y eso fue lo que cambió el rumbo en estos 25 años. Pero empecé a ver algunas actitudes que realmente me preocupan y estoy convencido de que no son sanas.
-¿Por ejemplo?
-No es sano ni bueno que cuando vayamos a Maldonado los cónsules vayan solo cuando va el oficialismo -no fueron ni cuando fue la lista de Vairo ni cuando fuimos nosotros-. No es sano ni bueno que lo llamen a Claudio Puig a decirle “si estás con mengano, conmigo tenés problema”, como pasó. No es sano ni es bueno que usen información que está dentro del club para decir que Vairo no va al Parque Central.
-¿Usted dice que el oficialismo está usando información privada para hacer campaña?
-No es que yo diga; estoy hablando sobre un tema que escuché. Usted es el periodista. Escuche las notas y sabrá que esto se dijo. La pregunta siempre es: “¿Usted...”.
-Bueno, pero se tiene que hacer cargo de lo que dice.
-Lo estoy diciendo. La gente entiende. No tengas dudas de que ese tipo de comentarios no se deben hacer y que hay ciertas informaciones dentro de los clubes que son de todos, como los padrones, a quién se llama, dónde se hacen las encuestas. Eran cosas que en Nacional no pasaban.
-¿Y el enfrentamiento entre quiénes es entonces?
-El idioma español es muy preciso. Entiendo que lo que vende es enfrentar, pero yo me he pasado 25 años no enfrentando. Yo no hablo de personas; estoy hablando de actitudes que me preocupan.
-Usted acercó a Decurnex en su momento porque entendía que era valioso (...).
-(Interrumpe) Lo sigo diciendo.
-Hoy, hay un distanciamiento notorio entre ambos. ¿Qué pasó?
-¿Distanciamiento? No hay distanciamiento. Cada uno es un individuo y cuando yo pienso que alguien tiene las condiciones y trato de que sea candidato en Nacional no es pensando en que después va a ser funcional a mí. En la vida hay dos tipos de actitudes: uno puede tratar de rodearse de mediocres para sobresalir o rodearse de gente capaz, que no le va a ser funcional a uno, pero va a ser positiva para el club. Eso fue lo que hice en el caso de Decurnex sabiendo que iba a tener su impronta y vuelo propio.
-¿Aquello de que era el “mejor presidenciable” lo sigue pensando?
-El que tiene que decidir eso es el socio. Por algo estoy acá. Le estamos ofreciendo al socio una cantidad de temas que creemos que son importantes.
-Gomensoro en 2018 dijo: “Nos llama la atención que Ache se vaya a dedicar a todo; no trabajó, no fue a la directiva y no paró nada de todo este desastre”. ¿Por qué aceptó ir de vice pese a que habló así de usted?
-Ese comentario es un piropo con respecto a otras barbaridades que han dicho de mí en Nacional. Le agradezco a Javier que haya sido tan bueno conmigo. Yo sé las cosas que en su momento dijeron de mí, pero estoy viejo para tener revanchas y pasar facturas. La pregunta es al revés: si pensaban esto de Ache, ¿por qué hoy están con él? Jamás le he puesto un veto a nadie y en la vida política se dicen cosas.
-¿Cómo explica ahora que vayan por Daniel Enríquez? Él dejó su cargo en 2013 con usted, que como presidente de Nacional lo sacó.
-Me llama la atención que un periodista como usted haga esa afirmación. ¿Yo lo saqué?
-Está en las actas. Se le pagó un despido.
-Que se le haya dado una bonificación no significa que sea un despido. Me llama poderosamente la atención esa afirmación. Yo te tendría que responder: quien se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen. Se fue él. Nadie lo echó. Si tiene alguna duda, pregúntele a un actual directivo del oficialismo de Nacional con el que nos reunimos en el Hotel Serena de Punta del Este. Él quiso ir porque tenía un pase en el extranjero y entendió que era conveniente.
-¿Sacaría a Sebastián Eguren del cargo actual?
-¿Me ha escuchado decir eso?
-Es una visión que plantea su lista.
-Recién cuando terminemos y estemos sentados voy a hablar de la estructura. Lo que es claro es que la política deportiva de Nacional últimamente no ha sido la mejor. Por eso es que traemos tanto a Agustín Viana como a Amaro Nadal, mi suplente. Desde la elección de los técnicos, pasando por la conformación de los planteles, es clarísimo que Nacional tuvo problemas profundos.
-¿Por qué cree que al oficialismo le molestó la asamblea sobre los derechos de televisión? ¿Fue un “movimiento político”?
-Con ese criterio, la directiva a las 24 horas hizo política sacando un comunicado que decía que había salido por unanimidad. Podemos discutir lo accesorio, pero creo que el tema fundamental que hay hoy detrás de eso es otro; es cómo me comunico con los 60.000 de la masa societaria y cómo equilibro las decisiones de la directiva y la necesidad de participar que tiene la gente. El problema que hubo en esa asamblea fue quién mandataba a quién: si la visión era que la asamblea era soberana o la directiva hacía lo que quería. Hasta esa asamblea lo que no querían era que en lo que se aprobó figurara la palabra mandatar. ¿Por qué estoy en esto? Porque quiero que en Nacional estos temas se traten. A ninguna directiva le puede molestar una asamblea. A mí me hicieron una asamblea y me cambiaron el proyecto del Parque Central. Acepté la decisión. Ahí es donde tenemos una visión de club totalmente distinta con la actual directiva. Para mí, el club es uno solo. No lo mido en las directivas de Eduardo Ache. Pareciera que molesta informarle al socio que se haga una asamblea por un tema medular, como los derechos de televisión. Me preocupa que haya dirigentes que, más allá de una cantidad de cosas muy buenas que hicieron, no vean que esto es el cerno de Nacional. El ADN de Nacional es la democracia y la participación popular. Nacional no es una SAD ni tampoco se puede manejar como tal. Si a ti como dirigente te molesta que te pongan límites, el club está en un problema.
-¿Cree que el cambio de gobierno puede influir en algo en los derechos de TV?
-Creo que el que haya escuchado el discurso del presidente electo, reafirmando lo que es una República y la democracia, no tiene la menor duda de que no va a haber injerencia del gobierno en el fútbol. Una cosa es la política y otra el fútbol. Lo conozco a Orsi, es lo suficientemente capaz, republicano y democrático para respetar ciertos temas.
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