Fue un gran 2024. Tercero en el Clausura, pasó la fase de grupos de la Copa Sudamericana y clasificó para la edición 2025 de ese torneo al ocupar la séptima posición de la Tabla Anual. A pesar de esos logros, Eduardo Espinel dejó de ser el DT de Racing. “Sorprendido, por ahí triste, porque el deseo era poder seguir”, le confesó a Ovación.

Finalizado el Campeonato Uruguayo 2024, el contrato de Espinel llegó a su fin y el club resolvió no renovarlo.

“La gente que manda en el área deportiva del club entendió que no era lo ideal que continuara en el equipo y está en todo su derecho”, afirmó y, además, le agradeció a Fernando Cavenaghi, director deportivo de la SAD del equipo de Sayago. “Solo palabras de agradecimiento por darme la oportunidad de vivir todo esto”, aseveró.

El oriundo de Cardona fue el artífice de los dos títulos de Plaza Colonia en Primera División: el Torneo Clausura de la temporada 2015-2016 y el Torneo Apertura de la 2021.

Con esos antecedentes, comenzó a estar más presente en el radar del mundo del fútbol. Es por eso que le llegó la chance de Cerro Largo para luego recalar en la Escuelita de Sayago.

Ahora, sin club, aprovecha el tiempo para estar con la familia y en el pueblo. Algo que no puede realizar cuando trabaja en un equipo.

Lo hace con el celular en la mano. Sabe que debe estar atento a las posibilidades que surjan y casi vuelve al ruedo para tener su segunda experiencia en el fútbol del exterior.

No detalló a qué país de Sudamérica podría haber emigrado, aunque señaló cuál fue el gran motivo por el que no se concretó esa oferta. “Hablamos hasta hace unos días y lamentablemente competíamos con un entrenador local”, remarcó.

“A veces, cuando competís con los técnicos locales, el tema del presupuesto es desparejo para los entrenadores que son de afuera y no llegamos a un acuerdo”, ahondó.

Espinel optó por verle el punto positivo a esa situación. “Lo importante es que se acuerden que por acá hay un entrenador que puede ser útil”, manifestó.

Foto: Leonardo Mainé.

Espinel ama estar en Cardona, su lugar en el mundo. Fueron varias las oportunidades en las que le tocó vivir en Montevideo, pero nunca se logró adaptar: “La tranquilidad de no tener que buscar lugar para estacionar, no andar esquivando motos en la calle, el no estar viendo para el costado porque está muy complicado el tema de la seguridad. Todo eso se extraña”.

Uruguay es un país centralizado: Montevideo es el departamento en el que vive la mayoría de la población y se encuentran casi todos los servicios. Lo mismo acontece en el fútbol, ya que en la capital están la gran parte de los clubes profesionales.

Bajo ese mismo punto, Espinel tiene en claro que si quiere seguir evolucionando en su carrera como entrenador tendrá que volver a trabajar en Montevideo.

Estableció otro punto clave por el que entiende que debe estar en la capital: la cercanía con el mundo del fútbol profesional. “Mi vida en cuanto al roce con el ambiente del fútbol no es igual en el interior, como en este caso que me encuentro sin trabajo, que cuando estoy en la capital al mando de un equipo”, mencionó.

“En la etapa de Racing me tocó juntarme dos o tres veces por semana a conversar con gente del fútbol, tomar un café y eso te va relacionando en el ambiente. En cambio, si vos estás en el interior te cuesta ir a la capital y no es fácil hacer reuniones; como mucho podrías ir un día o dos”, sentenció.

Espinel se mostró como un DT que saltó por los derechos de sus colegas y la necesidad de “buscar una mejor protección”.

Lo empleó porque hay técnicos que, por ejemplo, firmaron por un año, los cesaron con “cuatro o cinco meses” de trabajo y “no les pagaron la totalidad” del vínculo. “Es el único país que pasa eso, estuve en otros y sí firmás un contrato por un año y te echan a los seis meses, te pagan la totalidad de lo firmado”, añadió.

“Entonces, por los reglamentos que tenemos, acá se le hace más fácil sacar a los entrenadores”, contó.

“Habría que buscar alguna alternativa para proteger nuestro trabajo; por eso nosotros (los directores técnicos) estamos con un estrés permanente por el resultado, que es todo en el fútbol”, enfatizó el entrenador.

“Eso hace que nuestro trabajo sea muy desgastante, pero hay que convivir con eso porque uno eligió esta profesión y ahora hay que darle para adelante”, cerró diciendo Eduardo Espinel.