Por Diego Domínguez
En su fuero más íntimo, los dirigentes de Nacional sabían que cuando confirmaron el regreso de Gastón Pereiro a mediados de enero abrochaban una de las contrataciones más importantes -sino la más- del último tiempo en el mercado de pases del fútbol uruguayo.
Era una bomba por donde se la mire: por el nombre, por el recorrido europeo y por la vigencia. Plantarse, entonces, en cualquier mesa de discusión deportiva con ese as bajo la manga significaba, a priori, tener medio debate ganado.
Sin embargo, para sorpresa de muchos, todo lo que se vio en la cancha después no hizo más que demostrar que varias de esas voces entraron en contradicciones inmediatas. Y fue por una sencilla razón: el enganche que emigró a Países Bajos en 2015 como revelación no es el mismo que aterrizó en Montevideo ocho años más tarde.
Con el diario del lunes, el baúl de los recuerdos del Pereiro juvenil fue, de a poco, quedando opacado por su versión actual: la de un futbolista más maduro, sí, pero irregular y con un trote cansino propio de alguien que no jugaba 90 minutos desde enero de 2022.
Esa inactividad lo ha dejado expuesto a lo largo de cinco meses y medio a tal punto que se traduce en rendimientos que no superan el global de seis puntos, pero no solo eso: sino que también se refleja en sus números -apenas lleva dos goles y una asistencia en 18 partidos desde que volvió a Nacional-.
En el club son conscientes de que no pueden tapar el sol con un dedo y que las conclusiones del Pereiro de hoy difieren bastante de aquellas primeras impresiones que se hacían públicas en enero. Son autocríticos y lo reconocen. Y esto se puede palpar de una manera muy clara: basta con repasar las declaraciones del gerente deportivo Sebastián Taramasco al programa Todo Pelota (Carve Deportiva): “La expectativa que teníamos con el rendimiento de Gastón no es la que está pasando. Eso tiene que ver con el buen momento que tienen otros jugadores en su puesto y que le han quitado la posibilidad de ser titular”.
Con el equipo a nueve partidos de cerrar el primer semestre del año, hay un conocimiento extendido (que excede al caso Pereiro) sobre las contrataciones que merecen un pulgar arriba y las que hasta ahora han desaprobado.
Uno a uno: los nueve fichajes
Para poder trazar conclusiones es, por lo menos responsable, revisar el ítem de minutos jugados por cada uno de los nueve futbolistas que arribaron a los tricolores en algún momento entre diciembre y enero. De allí se desprende que el mejor alumno en ese apartado es Fabián Noguera, con 18 partidos oficiales y 1.590’, y que el peor de la clase es Maximiliano Perg, resignado a mostrarse en apenas 32’.
Dentro del pelotón de los que más rodaje han tenido están Pereiro (la mayoría de las veces titular), Federico Martínez (titular), Diego Polenta (titular) y Marcos Montiel (titularidades alternadas). Todos ellos superan los 1.000 minutos en el primer equipo.
Un escalafón más abajo se ubica Lucas Morales (suplente de Leandro Lozano en el lateral derecho), quien ha tenido diversas oportunidades para mostrarse y relevarlo en su primer desafío acoplado a las filas de un cuadro grande. Distinto es el caso del colombiano Daniel Bocanegra, que ocupa una cuota de extranjero y en los planes del área deportiva llegaba para estar entre los 11 titulares. Lleva apenas 546’ en cancha.
En el debe también sale Salvador Ichazo, que, por falta de minutos (atajó solo 90’ oficiales) no ha podido lucirse en el arco tricolor.
Salvador Ichazo
La continuidad no ha sido un término familiar para Salvador Ichazo (31) en el primer semestre del año. Ni siquiera por el campeonato local, donde el dueño del arco es Sergio Rochet. En cinco meses y medio defendió la valla tricolor en apenas dos partidos.
Maximiliano Perg
De los nueve futbolistas contratados que llegaron a Nacional a comienzos de año, es el que menos minutos ha tenido. Llegó con la intención de reforzar la zaga, proveniente del fútbol de México. Hasta ahora, solo jugó poco más de media hora ante La Luz.
Diego Polenta
Fue de menos a más. Empezó falto de ritmo, luego las lesiones lo castigaron, pero desde la llegada de Álvaro Gutiérrez al cuerpo técnico, a fines de marzo, se ha consolidado como un capitán (sin brazalete) de la zaga. Suma 13 partidos y 1.018’ en 2023.
Lucas Morales
Es el comodín cuando se ausenta Leandro Lozano. Si bien tuvo una seguidilla de partidos como titular bajo el ciclo de Ricardo Zielinski, luego terminó progresivamente descartado por Álvaro Gutiérrez. Es un suplente cumplidor para el plantel.
Federico Martínez
El desequilibrante del equipo. Un puntero rápido y fuerte en el uno contra uno, pero también hábil en la visión y capaz de encargarse de la pelota parada. Si bien no tiene grandes números (un gol y dos asistencias en 15 partidos), es indispensable.
Fabián Noguera
Al igual que su compañero de zaga Polenta, tuvo una evolución que tendió a ser favorable con el correr de los meses. Hoy es un titular inamovible de la defensa y el que hasta ahora no ha faltado a ninguna cita. Tiene 18 partidos y tres goles en el club.
Daniel Bocanegra
Está dentro de las decepciones. Lo contrataron con la intención de que el equipo ganara experiencia y polifuncionalidad y, al día de hoy, es segunda opción en la zaga y tercera en el mediocampo. Supo estar entre los titulares y perdió el puesto.
Marcos Montiel
Desde el punto de vista sanitario, no falló (solo se perdió un partido por roja). Pero, desde lo deportivo, ha ido perdiendo consistencia con el correr de los meses luego de ganarse en buena ley un lugar. Falla en la irregularidad y en la entrega de pases.