EFE
El Balón de Oro que logró Diego Armando Maradona en 1986 será subastado en las afueras de París el próximo 6 de junio después de que se le diese durante décadas por desaparecido, hasta que un coleccionista lo encontró por casualidad.
La casa de subastas Aguttes, que está ubicada en localidad de Neuilly sur Seine (oeste de París), anunció este martes la venta de este objeto de culto que tiene un precio estimado de varios millones de euros, aunque no se difundió la cifra específica. Su actual dueño es un modesto galerista de arte que lo encontró de casualidad.
Maradona logró este premio -que hasta mediados de los 90 se otorgaba solo a los jugadores europeos- por haber sido el mejor jugador de la Copa del Mundo de 1986 con Argentina en aquel torneo que consagró a la albiceleste. Para ese mundial y para el de 1982, France Football -organizador del premio-, la FIFA y Adidas habían creado esa distinción que luego se extinguió.
Además del valor intrínseco a este premio, llama la atención la historia que hay detrás de él. Guardado en un cofre de un banco de Nápoles -donde jugaba Maradona- fue robado en 1989 por un grupo de ladrones pertenecientes a la mafia, según cuenta la revista 'France Football'.
Desde entonces, el rastro del Balón se perdió. Aunque la versión de varios de los que participaron en el robo era que había sido fundido para hacer lingotes de oro, esta hipótesis perdió fuerza al conocerse que el premio no es de oro macizo y sí de latón.
Pasaron así 26 años de misterio, desde 1989 hasta 2016, hasta que el modesto coleccionista Abdelhamid B. lo compró, sin saber exactamente de lo que se trataba, según explicó 'France Football'.
El coleccionador adquirió por algunos cientos de euros una caja que contenía otros premios (algunos de plástico, otros de mármol falso) en la casa de subasta Drouot-Montmartre, donde terminan los bienes que no se han vendido en el palacio Drouot, uno de los principales puntos de subastas de París.
El franco-argelino tardó varios años hasta saber que se trataba del Balón de Oro de Maradona, ya que pensó, en un primer momento, que era una distinción del mundo del básquetbol.
Finalmente logró confirmar que era el del 'Pelusa' con dos peritajes de alta tecnología basados en dos pequeños defectos en los dibujos de la pelota.
La ley francesa considera a Abdelhamid B. el legítimo dueño del Balón de Oro porque argumenta que lo adquirió de buena fe, sin saber que había sido robado, y su legítimo dueño (los herederos de Maradona) no lo reclamaron en un plazo de tres años desde que fue vendido.
De esta forma, el coleccionador tiene la puerta abierta para recibir una fortuna.