El barbero de las estrellas: su convivencia con Darwin Núñez y con el plantel de Uruguay campeón mundial Sub 20

Rodrigo Mozzo le corta a artistas internacionales, a reconocidos futbolistas y a personas anónimas. Está tocado por la varita mágica y su oficio lo llevó a vivir experiencias "únicas".

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Darwin Núñez en la barbería de Rodrigo Mozzo, su amigo.
Darwin Núñez en la barbería de Rodrigo Mozzo, su amigo.
Foto: Gentileza.

Se autodenomina el barbero de las estrellas y le hace honor a su nombre. Rodrigo Mozzo le corta a artistas internacionales, a reconocidos futbolistas, y también a personas de a pie. “No puedo dejar a la gente de lado porque me ayudaron a crecer a nivel profesional y personal”, inició con calidez.

Dos de sus primeros cortes a jugadores top se los hizo a Martín Satriano yDarwin Núñez, pero con la estrella del Liverpool generó una relación especial desde sus inicios en Peñarol. “Esa situación fue muy rara porque yo en ese entonces trabajaba para el plantel de Nacional y fue cuando justo conocí a Darwin por medio de su expareja. Me lo presentó diciendo que él se quería cortar conmigo porque yo más o menos ya tenía un personaje público dentro de lo que es la barbería. Ahí ya trabajaba con artistas, pero no era el boom que es ahora”, dijo Mozzo.

Desde ahí, jamás cortaron el vínculo de amistad. Núñez pasó al Almería y conoció al peluquero que trabajaba allí, pero quiso que Mozzo siguiera trabajando en su imagen y le hizo una invitación. “Si bien yo siempre tuve una buena carta de clientes, en Uruguay estaba muy complicado, todo valía muy caro. En marzo de 2020 Darwin decidió enviarme el pasaje y llevarme para España con él para trabajar en su imagen y en la de Almería”, comentó.

Rodrigo Mozzo cortándole el pelo a Darwin Núñez, actual figura del Liverpool.
Rodrigo Mozzo cortándole el pelo a Darwin Núñez, actual figura del Liverpool.
Foto: Gentileza.

Fueron seis meses que definió como una “experiencia única”. Y tiene tela para cortar de tantas anécdotas con el crack uruguayo. “Él llegaba de entrenar, yo estaba durmiendo, me llamaba y me decía: ‘Vamos a la playa‘. Bajábamos con la pelota y empezábamos a pelotear. Supongo que cualquier otro jugador llegaría cansado después de entrenar, pero él no. Fue increíble”, añadió.

Mozzo admira la “disciplina” de Darwin Núñez, su convencimiento para llegar a donde está y su calidad humana.

De los seis meses que compartieron en Almería, llegaron a vivir parte de la pandemia en el Viejo Continente: “Una vez estábamos yendo al supermercado y nos paró la policía. Al principio nos retaron, pero después se llevaron una sorpresa cuando se dieron cuenta quién era realmente y fue todo al revés: nos pidieron una foto. Fue muy gracioso porque de algo malo pasó a algo bueno”, contó entre risas el barbero.

Luego destacó la mentalidad de Darwin para sobreponerse a los obstáculos, y en este sentido recordó las críticas que dejó atrás en Peñarol, Almería y Benfica. También confesó que el delantero uruguayo siempre lo ha usado como cábala en momentos adversos. Cuando fueron duros con él mientras jugaba en Portugal, llegó a la barbería con un deseo: “Él tenía el pelo más largo cuando estaba en Benfica y yo recuerdo que lo jodían mucho con que era Tarzán. Y un día después de tantas críticas a nivel futbolístico, vino a Uruguay y me dijo: ‘Rodri, quiero que me hagas un cambio de look‘; me tiró la idea y la fuimos trabajando”.

Por si faltaba algo para fundamentar su apodo profesional, Mozzo trabajó todo el Mundial Sub 20 con Uruguay, el plantel campeón del mundo. “Fue todo una locura, no caigo todavía. Ellos tenían una confianza bárbara; iban por la copa pasara lo que pasara. Y el compañerismo que hay ahí adentro es lo que llevó a Uruguay a jugar la final y ganarla”, expresó.

Rodrigo Mozzo junto con Alan Matturro en plena concentración de Uruguay Sub 20 en
Rodrigo Mozzo junto con Alan Matturro en plena concentración de Uruguay Sub 20 en Argentina.
Foto: Gentileza.

Por el tiempo compartido generó un vínculo especial con Rodrigo Chagas y Alan Matturro, a quien definió como un crack que lo hizo sentir “como en casa” y añadió: “Jugó una final del mundo como si fuese un partido de barrio; es increíble”.

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