Redacción El País
No hace menos de 12 meses que los hinchas de Peñarol exigen el debut de Randall Rodríguez en el arco aurinegro. Que, aunque ahora las aguas se calmaron por el buen pasar del equipo este comienzo de temporada, hace rato venía batiendo la polémica.

El nivel del joven arquero de 20 años es indiscutible, al punto de que los cuestionamientos sobre “por qué no ataja” excedieron a los propios Manyas: campeón del mundo Sub 20 con la selección uruguaya, campeón de América en la misma categoría con Peñarol, e incluso citado por Bielsa a la selección mayor sin siquiera haber debutado en Primera.

No hay nadie que le quite lo bailado, pero esos títulos personales de nada valen adentro de la cancha. Anoche llegó su partido más esperado y seguro querrá en un tiempo que se convierta en una anécdota divertida. Porque la realidad es que, dentro de un pésimo nivel colectivo de Peñarol, también fue una floja presentación de Randall en el arco.

Lo primero para marcar es que lo rodeó un equipo alternativo y que se enfrentó a uno aceitado, que juega en la B pero tiene nivel de A, y que con esta lleva seis victorias en sus seis partidos oficiales del año. Pero individualmente el número ‘1’ de Peñarol no respondió bien.

No reaccionó a tiempo en el cabezazo del primer gol, que entró en el primer palo luego de una contra que encontró a la defensa aurinegra dormida. En el segundo le comieron la espalda a Coelho, Randall salió a cortar pero llegó tarde y le cometió penal a Villalba. Recibió la amarilla y luego no adivinó el palo, y Pizzichillo anotó.

Ofuscado, se dio vuelta y pateó el palo con rabia, como entendiendo que su noche soñada ya no iba a ser tal. Y al descanso salió cobijado por sus compañeros, pero con la frente en alto, como asumiendo con la que le estaba tocando bailar.

Ya en el complemento, otro error en salida de la defensa le permitió a Lucas Rodríguez sacar un zurdazo que se coló en el segundo palo, pero en esa Randall nada pudo hacer.

El fondo de Peñarol fue un flan, y para colmo Coelho recibió la roja minutos después, aunque City Torque no volvió a llegar con peligro.

Pasó el primer partido en Primera, tan anhelado por él y todos los Carboneros, de una carrera bajo los tres palos que recién empieza. Ahora deberá enfocarse en el segundo, que solo Diego Aguirre sabe cuando llegará.