Redacción El País
Aunque el fútbol sea una cuestión de colores, esas barreras, muchas veces, están para romperse. Un ejemplo es lo que hizo el director técnico Diego López, quien no reniega de su pasado en Peñarol, pero sí, por un momento, dejó a un lado esos momentos de gloria para priorizar el presente de sus hijos Inti e Ian.
Ambos juveniles defienden los colores de Nacional en la Tercera División a pedido de Álvaro Recoba, entonces entrenador de la categoría, y el pasado 7 de diciembre su equipo se jugó la definición de la Tabla Anual ante su máximo rival.
Inti, el menor de ellos, se lució anotando el gol de una definición que llegó hasta los penales y de esa manera los tricolores se impusieron en la tanda para llegar con ventaja al último partido. En el cruce final, cuatro días después, el plantel conducido por Rafael García venció 2-1 a Peñarol.
López, atento a todo lo sucedido, presenció uno de los partidos desde la tribuna del Parque Palermo. ¿La particularidad? Lo siguió desde el sector donde se ubicaba la parcialidad tricolor, según relató este miércoles en el programa Minuto 1 de Carve Deportiva.
En diálogo con Ovación, el técnico que actualmente dirige al Barcelona de Ecuador dio más detalles de lo que vivió al acompañar a sus hijos junto a su esposa, padres y suegros. "Yo me podría haber ido a la parte de Peñarol, pero me dije: 'Tengo a mis dos hijos acá'. Fue algo muy positivo para la locura que vivimos normalmente".
Los hijos del Memo son italianos y vivieron gran parte de su vida en ese país. Se hicieron los “hinchas número uno” del Cagliari, jugaron al baby fútbol allí y lo imitaron tanto y cuanto pudieron a su padre que se les contagió la pasión por el fútbol sin que él se los impusiera.