Se acomoda el jopo. Se agarra la cabeza. Termina la jugada y queda cabizbajo. Apunta algo en su libreta. Mira para el banco de suplentes y se sienta, resignado. La secuencia es parte de la rutina que graficó las sensaciones -que posteriormente transmitió en rueda de prensa- del entrenador Martín Lasarte cuando a Nacional no le salía nada en el primer tiempo ante Rampla.
El comportamiento del técnico era un show. Y no hacía falta ser un experto en comunicación no verbal para darse cuenta de que su temperamento estaba salpicado por la frustración de un equipo que parecía dormido. Sí, de igual manera que le pasó a Álvaro Recoba durante una gran parte de su ciclo, ayer Nacional -otra vez- volvió a fallar y fue un equipo apagado en el primer tiempo.
Hay dos ejemplos que exponen a jugadores, pero al mismo tiempo sirven como fundamento claro de lo que estaba pasando en la cancha y se percibía desde los ojos del técnico. El primero fue contra el sector derecho de la defensa de Nacional, cerca del banco de suplentes, cuando Rampla se entretenía con la pelota y el único que arremetía con la presión era Christian Oliva. La pasividad de Alexis Castro y otros compañeros de la defensa y el mediocampo para marcar le terminó costando la amarilla al poco rato.
Después, fue Nicolás López el que, ofuscado, descargó toda su bronca con el banderín del córner y lo mandó a volar con sus manos inmediatamente después de que un ataque terminara en un saque de arco.
Así pasó el primer tiempo y cuando Nacional quiso dar vuelta la página ya era tarde. El gol del empate de Rubén Bentancourt tenía al equipo jugando a contrarreloj y arrastrando una vieja mañana que le dio varios dolores de cabeza a Recoba, el entrenador del ciclo anterior a Lasarte.
Con el Chino, el día de la debacle en Asunción Nacional tenía, a esa altura de la temporada, una diferencia de 14 puntos entre lo que sumaba en el primer y segundo tiempo, donde generalmente las reacciones (tarde, pero) aparecían.
Hoy, si bien el panorama es algo distinto, la alerta se volvió a encender y ya van tres presentaciones seguidas en las que el tricolor no logra llegar con ventaja al entretiempo. Le había pasado en Melo contra Cerro Largo, le sucedió el jueves cuando goleó 5-1 a Miramar (pero el primer tiempo finalizó 1-1) y también ayer, que terminó 0-0 en la muestra inicial.
Lasarte no pudo cumplir con la profecía que se había trazado al hablar de la “semana de los nueve puntos”, plazo que comprendía el partido con Cerro Largo, el de Miramar y el de Rampla, que tuvo un desenlace diferente (derrota 2-1) al de los dos primeros. De todas formas, el DT lo relativizó con una ironía: “Parece que se hubiera muerto alguien”.
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