Redacción El País
En la antesala del partido entre Uruguay y Brasil en el Estadio Centenario ocurrió un imprevisto que desconcertó a ambos planteles y también a los 55.000 hinchas que se hicieron presentes.

Como es habitual, las dos selecciones estaban formadas para cantar el himno representativo de su respectivo país. Sin embargo, los futbolistas de la Canarinha no alcanzaron a escucharlo por un desperfecto técnico.

Por su parte, de forma inicial el de la Celeste se pudo oír solo parcialmente, pero al parecer hubo un problema de sonido que impidió que los fanáticos pudieran disfrutarlo desde el altoparlante.

En determinado momento, al ver que estaban cantando el himno pero no se escuchaba, los futbolistas de Brasil comenzaron a saludar a los dirigidos por Marcelo Bielsa en un intento de romper filas para que inicie el espectáculo.

Sin embargo, los jugadores uruguayos aguardaban expectantes para poder escuchar su himno completo, y el primero que reaccionó fue Nahitan Nández, quien se adelantó en la fila y con un gesto amable pareció pedirles a los brasileños que volvieran a formarse hasta esperar que la Celeste pudiera cantar el himno.

Lo que ocurrió después fue que sonó el himno de Uruguay, pero grabado, y no como estaba previsto inicialmente.

¿Qué era lo que estaba planificado? Que la Orquesta Juvenil del Sodre fuera la encargada de interpretar el himno nacional desde la Platea América, lo cual no terminó siendo posible.