El gol que todo el Saroldi gritó y no fue, la rueda de prensa amateur y lo que no se vio de River-Nacional

Los hinchas darseneros tuvieron que guardarse las burlas al Ojito Rodríguez en el final, porque después de un insólito gol en contra llegó el consuelo del empate.

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Sebastián Coates le pide disculpas a la hinchada de Nacional frente a River Plate.
Sebastián Coates le pide disculpas a la hinchada de Nacional tras el empate ante River Plate.
Foto: Estefanía Leal.

Mucha lluvia, pero también muchos goles. Se estrenó la red lumínica del Saroldi y en la cancha se vio un partido que tuvo emociones a contra luz de ambos lados. Lo que empezó siendo un recital de Nacional, al ritmo que imponían Mauricio Pereyra y Diego Zabala, terminó en un concierto del público de River Plate, que pasó de gritar antes de tiempo el 2-1 (por una perspectiva engañosa en una definición de Joaquín Lavega) a burlarse del Ojito Nicolás Rodríguez por un insólito gol en contra cuando intentó jugar con Luis Mejía y la clavó contra un palo.

Todo terminaría en un 3-3 agónico, que dejó a Nacional sin la oportunidad de recortarle puntos a Peñarol en la Tabla Anual (sigue a cinco y es la tercera vez en el año que desaprovecha un traspié de su rival), pero que obligó a los de River a tragarse todas las cargadas a último momento.

En el análisis, por fuera del olor a torta frita, el mate, los cafés, los insultos al Ojito Rodríguez desde el alambrado, la seriedad de los policías y el color que tuvo la salida de los equipos, entra la inteligencia táctica de Francisco Palladino, quien concentró su atención en los movimientos de los primeros 20, 25 minutos y detectó fallas en su planteo.

Vio lo que varias voces ya estaban comentando por lo bajo desde la tribuna principal (Capurro). Que Nacional le estaba pegando un paseo y que River, jugando con línea de tres, dejaba muchos espacios. Pasó a un 4-4-2 y de inmediato las cosas cambiaron.

Felipe Cairus ante Marcos Camarda en el partido entre River Plate y Nacional.
Felipe Cairus ante Marcos Camarda en el partido entre River Plate y Nacional.
Foto: Estefanía Leal.

La primera respuesta reaccionaria se la dio Juan Cruz de los Santos, que robó por primera vez la pelota en mitad de cancha y enfiló un contragolpe derechito al área. En el uno contra uno dejó pagando a Sebastián Coates y al llegar a la línea final para tirar el centro atrás Luis Mejía lo atropelló y el árbitro terminó cobrando penal. Así llegó el 1-1, pero el partido se había equilibrado mucho antes, cuando la versión excepcional de Lavega empezó a prenderse.

Para el segundo tiempo, Martín Lasarte tomó nota y movió el banco de suplentes dándole lugar a Nicolás López y a Diego Polenta para que, a la vez, descansaran Diego Zabala y Leandro Lozano. El Diente estuvo punzante y llegó al gol a través de un penal; el Patrón tuvo un golpe muy fuerte en la frente que lo obligó a ser sustituido para de inmediato irse al hospital.

Nicolás Rodríguez se va a los vestuarios junto a sus compañeros de Nacional luego de un insólito gol en contra ante River Plate.
Nicolás Rodríguez se va a los vestuarios junto a sus compañeros de Nacional luego de un insólito gol en contra ante River Plate.
Foto: Estefanía Leal | El País

Los jugadores se retiraron del estadio en su mayoría serios. Lasarte pasó por debajo de un cartel para protagonizar una muy ligera rueda de prensa mientras estaba rodeado por periodistas. El punto consuelo se lo dio el Ojito Rodríguez, que se remedió de su fallo en el último minuto.

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