Redacción El País
En plena euforia luego del pitazo final de Javier Burgos que significó la obtención de la Supercopa Uruguaya 2025, la hinchada de Nacional protagonizó un ida y vuelta con Leo Fernández, el 10 de Peñarol.

Mientras el plantel del aurinegro se encaminaba rumbo al túnel para ir hacia el vestuario con la frustración natural de la derrota 2-1 en el Estadio Centenario, quedaron de frente hacia la Tribuna Colombes, donde estaban localizados los hinchas del tricolor a puro festejo.

Pasaron varios futbolistas del Mirasol adelante suyo y, cuando llegó el turno de Leo Fernández, bajaron desde la tribuna algunos cánticos, pero también insultos para el zurdo de 26 años, que enseguida miró hacia la tribuna, hizo un gesto con la boca y luego, después de golpearse el pecho, les señaló el parche de campeón uruguayo 2024.

Foto: Estefanía Leal.

Tras ello siguió caminando y, antes de meterse definitivamente en el túnel, abrió los brazos mirando fijamente hacia un sector de la tribuna.

Foto: Ignacio Sánchez.

Leo Fernández, la estrella de Peñarol, no pudo sacar a relucir toda su jerarquía durante la Supercopa Uruguaya ante Nacional. Más allá de su habitual precisión para los pases y cambios de frente, no tuvo la influencia habitual en el desempeño colectivo.
De hecho, por muchos momentos jugó lejos de la zona ofensiva y debió retroceder al mediocampo para tomar la posesión de la pelota.

También se lo vio fastidioso al no tener la pelota y le hizo varios gestos a sus compañeros pidiéndosela.

Después del ingreso de Diego García por el sector izquierdo del ataque, le envió varios pases para capitalizar su velocidad, pero al Carbonero le hizo falta el talento del 10 en la zona de definición.