En el librillo de Álvaro Gutiérrez, Maximiliano Pergestá unos cuantos escalones por debajo de sus compañeros. En el orden de prioridades no entra ni como segunda ni como tercera opción de cambio para la dupla de zagueros, plaza que se disputan entre Daniel Bocanegra y Marcos Montiel. Y en el partido de esta tarde-noche frente a Plaza Colonia, con Diego Polenta suspendido, se terminará por comprobar.

A diferencia de otras contrataciones que tuvo Nacional en esa zona, como el propio Polenta o el argentino Fabián Noguera -que demostraron estar a la altura con personalidad y rendimiento-, el caso del zaguero de 31 años con pasado en el fútbol mexicano es una prueba más de que la falta de rodaje, tarde o temprano, se paga caro (salvo ejemplos excepcionales, como Gonzalo Bergessio).

Su situación era conocida antes de llegar a Nacional: había estado siete meses sin tener participación en Querétaro y su horizonte era incierto. Llegó remando contra la corriente porque ya en el primer día de pretemporada tuvo a un puñado de hinchas que, colgados a un muro ubicado en la Ciudad Deportiva de Los Céspedes, lo insultaron recriminándole por su pasado en Peñarol, presenció Ovación.

Pasaron seis meses y dos días desde entonces y en todo este tiempo apenas sumó 32 minutos oficiales cuando entró en un tramo final de la goleada tricolor contra La Luz.

Estefania Leal/Archivo El Pais

Desde Nacional dicen que luego de un pequeño período en el que padeció la adaptación física, pudo acoplarse y resultó ser, sostienen, uno de los que “mejor entrena y se prepara”. Pero, a juzgar por lo que se observa en la cancha, es claro que el defensa central está entre el pelotón de alumnos que desaprobaron la prueba. A la vista está que, aun con un cambio de entrenador en el medio, nunca estuvo en consideración para ser titular e incluso Gutiérrez prefirió posicionar a Montiel en ese lugar cuando le faltaron Polenta y Bocanegra.

En este tiempo, Perg solo sumó poco más de media hora de juego, lo que lo sitúa como uno de los 10 jugadores contratados en la última ventana de pases de enero con menos minutos en el primer semestre del año.

Estefania Leal/Archivo El Pais

De acuerdo al relevamiento que realizó Ovación, integra el ínfimo grupo de los que menos participación tuvieron entre los más de 200 movimientos que se registraron en el mercado de pases. De hecho, si la discriminación se hace por jugadores de campo, y entonces quedan a un lado los arqueros Guillermo Centurión (Cerro) y Gonzalo Silva (Deportivo Maldonado), está en el puesto ocho dentro de los refuerzos con escasa (o nula) cantidad de minutos en cancha.

El listado está compuesto por tres jugadores de Cerro Largo, Owen Blanco, Enrique Etcheverry y Ernesto Ocampo, quienes no jugaron un solo minuto en todo el año. Ovación indagó para conocer el detalle de los casos y, según allegados al plantel, el primero de ellos, de origen argentino, “prometía mucho más” de lo que rindió a posteriori. Ocampo, en cambio, fue contratado a sus 24 años con la idea de que se adaptara en Tercera, pero tampoco lo consiguió, mientras que Enrique Etcheverry sufrió problemas musculares que lo condicionaron, además de competir contra Nahuel Furtado, de gran presente.

En filas colonienses, el futbolista contratado que no dio resultado hasta ahora fue Luciano Fernández, de 21 años, que quedó libre en Peñarol y apareció como una apuesta de los dirigentes de Plaza Colonia. Taponeado por otros cuatro jugadores (Ruíz Díaz, Zeballos, Barrendeguy y Redín) tampoco tuvo posibilidades hasta ahora. Similar es el caso de Bruno Barja (Boston River), de apenas 23’ en el primer semestre del año.

Completan la lista Bryan Osores, de 21 años (La Luz), Nicolás Gómez, de 31 (Cerro), y los arqueros Centurión y Silva.