A las 9:45 ya estaba cerrado el tramo de la Avenida 8 de octubre entre Comandante Braga y Jaime Cibils. Policías custodiaban las vallas y le explicaban a los autos que por ese lugar no podían avanzar. Incluso algunos choferes no entendían qué estaba sucediendo hasta que le contaban que era el velorio de Juan Izquierdo. “Pobre gurí”, comentó uno de ellos.

Tan solo 30 metros más adelante se veía que los tejidos de la sede de Nacional estaban llenos de flores, mensajes y ofrendas para Izquierdo, que este martes falleció en el CTI del Hospital Albert Einstein en São Paulo.

Un punto llamativo fue que no solo se vieron camisetas del tricolor, sino que también hubo de otros equipos del fútbol uruguayo como Fénix, Cerro, Liverpool, Wanderers y Peñarol.

La sonrisa faltó al lugar. Todos estaban con rostros tristes. Se vivió una secuencia en ese lugar que sirvió para explicar la magnitud del dolor que se sintió: una joven, con el rostro lleno de lágrimas, dejó una foto en blanco y negro de Izquierdo con un mensaje: “Volá alto, Juan”. Frase que muchas ofrendas tenían escrito para poder despedirlo.

A las 9:58 se dio el primer gran aplauso de la jornada: llegó Alejandro vestido con una remera de Peñarol. Dejó un presente y gritó: “Vengo a acompañarlos en el duelo”. En esa línea, los simpatizantes tricolores fueron a abrazarlo y a darle las gracias por el “tremendo gesto”.

“Los colores nos dividen, pero nos une la misma pasión”, le confesó Alejandro a Ovación. “El objetivo no solo es ganar. Por ejemplo, si fuera jugador del Manya y juego un clásico entraría al vestuario del Bolso y le diría: ‘Hermano jugaste un gran partido’, añadió.

Alejandro estaba abrazado a un hincha de Nacional que conoció en ese momento y lanzó una frase que produjo el segundo gran aplauso del día: “Empatía hermano, el martes estuve todo día llorando por Juan Izquierdo”, contó con mucho dolor.

Foto: Alberto Sobrero.

Foto: Ignacio Sánchez.

Eran las 11:00 horas y la fila iba desde el portón de la sede tricolor hasta Comandante Braga. “Vamo arriba, queremos entrar a saludar a Juan”, gritaban los hinchas enfurecidos porque ya era la hora y la puerta no se abría.

La seguridad pedía que se hiciera “una sola fila”, pero esto era complicado por la gran cantidad de personas que estaban en ese lugar. Cerca de las 11:20 abrieron las puertas para que pasara la prensa y el público volvió a molestarse aún más.

La seguridad recibió la orden de que se podía abrir la puerta y se volvió a escuchar un gran aplauso. Esta vez fue por todas las personas que estaban en las inmediaciones de la sede tricolor.

Adentro la tristeza aún era mayor. Eso lo dejó en claro el secretario general de Nacional, Pablo Durán. “Estamos muy dolidos con lo que pasó”, le indicó a Ovación. “Es muy triste porque se nos fue una gran persona”, añadió con la voz entrecortada y muy angustiado.

Además, continuó: “Era un tipo muy querible y eso se vio con las muestras de cariño que tuvo a lo largo de estos días. Es una pérdida muy grande que nos va a costar mucho poder sobrellevar”. Durán contó que Izquierdo solo pensaba en “sus hijos, su esposa y toda su familia”.

Terminó de dar su declaración con el rostro cabizbajo, se alejó de donde estaban los medios de comunicación y, en varias oportunidades, se abrazó con los hinchas que salían del Salón Cristal tras despedirse de Juan.

Foto: Ignacio Sánchez | El País

Fueron tantos los hinchas que se arrimaron a la sede de la Avenida 8 de octubre que la seguridad tricolor dejaba ingresar de a pocos. Aparte, una vez que pasaban el portón, los guardias les daban una indicación: “Entren un rato nomás, así puede pasar más gente”.

El velorio fue desde la hora 11:00 hasta las 13:00. Tal es así que a las 12:47 el presidente de Nacional, Alejandro Balbi, tomó el micrófono para informar, por medio de unos parlantes, que la despedida a Juan Izquierdo había llegado a su fin.

Las personas que estaban cerca del portón apenas escucharon las palabras del presidente tricolor, pero se percataron que el velorio estaba por terminarse porque la seguridad arrancó a retirar las coronas fúnebres que le mandaron clubes del fútbol uruguayo y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

De esta forma, varios se quedaron sin la chance de saludar por última vez al futbolista que se proclamó campeón Uruguayo con la camiseta de Nacional y con la de Liverpool en 2022 y en 2023, respectivamente.

Uno de los que no pudo saludarlo fue Miguel ya que quedó sorprendido “por el mundo de gente” que había para entrar a la sede tricolor e ir al Salón Cristal donde se encontraba Juan.

A su vez, Miguel —quien metió su cabeza entre la reja y la enorme cantidad de ofrendas para la familia de Izquierdo y así poder hablar— destacó “la solidaridad de todos sus compañeros, amigos y de los equipo locales como los clubes a nivel internacional”.

Mateo y Nicolás hacía un largo rato que esperaban en las inmediaciones de la sede de Nacional para poder despedir a uno de “los suyos”.

Ellos vieron el partido entre São Paulo y Nacional por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores con la esperanza de que su equipo accediera a la siguiente fase. Aunque recibieron un golpe más fuerte con el desmayo y la internación de Juan Izquierdo en el CTI del Hospital Albert Einstein.

“Cuando vi que se desplomó en el campo pensé que era algo muy complicado”, afirmó Nicolás con la voz quebrada y los ojos llorosos.

Foto: Ignacio Sánchez.

A las 13:26 se dio el momento más duro del día: el coche fúnebre se llevó el féretro donde estaba el cuerpo de Juan Izquierdo.

La mayoría de los hinchas cantó por Nacional y acompañaron el vehículo por unas cuadras.

Asimismo, un joven con la campera del equipo tricolor fue corriendo a abrazar a su madre llorando. Ella intentó tranquilizarlo, aunque el chico no paraba y decía: “No es justo”.

Con lágrimas, dolor y tristeza los hinchas de todos los equipos le dieron una gran despedida a Juan Izquierdo, para que este pueda “volar bien alto”.