Enviado a Maldonado
De jugar campeonatos de barrio, alquilar un Playstation con el Morro García, vivir bajo el anonimato como jugador de Racing, Diego Zabala pasó a tener una aventura internacional por Argentina y con ese currículum llegó hace más de dos años a Nacional, donde hoy aparece como una figura, por momentos, invisible.
Rejuvenecido, con 32 años, es el bombero perfecto que encuentra Álvaro Recoba cada vez que necesita desactivar los momentos en que su equipo se encuentra en apuros. Y aun cuando la biología podría marcarle la cuenta regresiva en su carrera, sus buenos ingresos como suplente ya parecen ser una causalidad.
Anoche, como ya había pasado contra River por Libertadores, volvió a convertir en oro todo lo que tocó.
Eso sí: ninguno de sus aciertos debería dejar atrás que Nacional, hasta antes de su ingreso, fallaba la prueba en un rubro que había quedado en evidencia durante el calentamiento: la puntería.
Lo que en un principio generó risas entre los jugadores, que le pateaban a cualquier lado a Ignacio Suárez, terminó en un visible gesto de preocupación de Recoba, que casi por automatismo se acercaba a su ayudante Nelson Abeijón cuando las buenas construcciones terminaban en remates sin dirección.
La trama se repitió durante toda la primera parte: Christian Oliva pellizcaba como un pacman en el medio y hasta se parecía a su mejor versión de 2018, pero Antonio Galeano, Mauricio Pereyra y Gastón González no se activaban en la finalización. Para colmo, Federico Santander parecía ser un estorbo en los ataques.
Por ese entonces -y hasta el final- el protagonismo estuvo volcado en el árbitro Andrés Matonte, que colaboró para que los ánimos se fueran caldeados llegado el entretiempo. Fueron un cúmulo de distracciones: tarjeta amarilla no sacada a Marco Ruben -que cruzó a destiempo a Mateo Antoni y provocó que saliera, resentido de una mala pisada-; expulsión a Alexis Castro -que rectificó en el VAR-; y mano no sancionada a Mauricio Pereyra en un gol, que también le tuvo que advertir el videoarbitraje.
El partido terminó con un total de 11 amonestaciones y reproches que se repitieron en el final del primer y segundo tiempo.
Así y todo, aunque la falta de aciertos haya primado desde todo aspecto en la noche fernandina, Zabala se llevó la llave del triunfo con dos goles y Nacional le recortó una distancia que puede ser clave a Peñarol para la Tabla Anual, de la que pronto se estará hablando.