Pasó un mes desde que Nacional empató el clásico contra Peñarol en el Campeón del Siglo. Desde entonces fueron siete partidos para el equipo del Chino Recoba, de los cuales ganó seis y solamente perdió 2-0 contra River Plate en el Más Monumental, en el único juego en el que el tricolor no pudo anotar.

“No es menor que llevamos una racha importante de victorias y no es menor que el equipo sigue yendo hacia adelante e intenta”, dijo el DT tras el 2-1 a Cerro. Aunque Recoba tenga razón, las sensaciones que deja el equipo distan bastante de ese momento del equipo, principalmente por la irregularidad en el rendimiento y por ciertos momentos en los que el equipo muestra debilidades.

Si vamos al detalle de lo que sucedió en abril desde aquel Viernes Santo del 29 de marzo, Nacional le ganó bien a Libertad 2-0 (debió golear), y no pasó mayores zozobras para vencer a Cerro Largo, en el día que marcó Gabriel Báez.

El tricolor perdió bien por Libertadores (aunque siempre estuvo “en partido”), venció sufriendo a Miramar en la noche de las polémicas y jugando mal, hasta que goleó 6-2 a Rampla Juniors. Esas diferencias abismales que existieron contra los Picapiedras, Nacional no las pudo plasmar ante dos rivales inferiores como Deportivo Táchira y Cerro, pese a que en los dos partidos terminó con una victoria entre las manos.

Quizás el hecho de terminar sufriendo (Luis Mejía fue clave en los últimos dos encuentros) es lo que genera las sensaciones encontradas de este Nacional que muestra dos caras.