Parece un deja vu constante. Leo Fernández parecía un nombre inviable para Peñarol en el verano de 2024. El presidente Ignacio Ruglio le había consultado meses antes a Jorge Chijane sobre la posibilidad de incorporarlo y el representante lo había catalogado de “imposible”.
Meses después, estaba entrenando bajo las órdenes de Diego Aguirre tras una negociación silenciosa. Cuentan los protagonistas que las muestras de afecto del zurdo hacia el club fueron cruciales. En aquel momento, mientras negociaban entre Toluca y Peñarol, el padre del jugador viajó a su casa de Río de Janeiro para ayudarlo a calmar la ansiedad por cerrar su arribo. Y finalmente se le dio.
En el tramo final del primer semestre, cuando se venció el préstamo, la palabra utopía volvió a asociarse con la continuidad de Leo Fernández. Pero Ruglio viajó a negociar a México y el jugador también hizo su parte. “Siempre me van a quedar grabados los mensajes de Leo hacia mí y la gente del Toluca diciendo que por favor lo dejaran quedarse a cumplir su sueño de pelear una Copa Libertadores y ser campeón con Peñarol”, le reveló Ruglio a Ovación el 6 de noviembre.
Un mes después inició otro operativo retención de Fernández, pero las condiciones habían cambiado y ya no podía resolverse mediante un préstamo. El propio Chijane lo catalogó de “imposible” otra vez y Peñarol sacó la billetera, igualó la oferta de River Plate y, con las cartas sobre la mesa, Leo volvió a abrazar a su amor. En el medio rechazó propuestas jugosas de mercados con los que el Carbonero no estaría en condiciones de competir. Y, sabiendo que el Millonario lo esperaba para iniciar la pretemporada hoy, él aguardó por el club de sus amores.
“Nosotros estamos convencidos de que tenemos que trabajar mucho, pero va a ser difícil el camino y nos queremos visualizar en la final más allá de que pueda pasar o no porque es fútbol”, dijo después de clasificar a cuartos de la Libertadores 2024.
Ahora renueva su ilusión y pretende ir por la sexta. Los números del futbolista ilusionan puertas adentro por sus 22 goles y 17 asistencias en 47 partidos, pero en la interna del club están convencidos de que deben rodearlo bien. Por eso trabajan en encontrar al reemplazante de Guzmán Rodríguez, con un interés concreto por Mauricio Lemos, y en intentar abrochar el retorno de David Terans. Peñarol anhela convertir en ídolo a Leo Fernández y lo tendrá al menos por tres años más.
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