Tan peculiar como su pegada, el recorrido futbolístico de Rómulo Otero trascendió fronteras y lo llevó a conocer destinos exóticos como Arabia Saudita, hacerse de un nombre en Chile, Brasil y tener un padre adoptivo argentino (Horacio “Chango” Cárdenas) antes de, hace ya casi tres meses, cerrar su llegada a Nacional.
Fue presentado con gran expectativa por los dirigentes, que hicieron una inversión importante -de alrededor de US$ 2,8 millones por dos años entre contrato, comisiones y prima- y hablaron maravillas de su pegada, algo que ya le habían destacado en otros clubes. “Desde pequeño le pegué fuerte a la pelota y me fui especializando en eso”, contó él y pronosticó: “Espero que ese sea mi punto fuerte en Uruguay”.
En eso, en parte, se basó Flavio Perchman para ir a buscarlo, según contó en enero al programa #Minuto1 de Carve Deportiva: “La pelota quieta en el fútbol uruguayo tiene un peso importante y nosotros teníamos un déficit ahí. Todo se potenció con el buen año que tuvo en ese sentido Leo Fernández”.
Aunque todavía es muy temprano para sacar conclusiones, en la interna ya hay opiniones encontradas sobre las muestras que ha dado Otero en este corto, pero intenso primer tramo de su ciclo. Algunas voces tienen reparos porque no ha aportado goles ni asistencias en los siete partidos que lleva jugados, mientras que otros, como el vicepresidente, piden paciencia y hasta ya conversaron con el venezolano para que no se impaciente. Los más optimistas dan un paso más, incluso, y dicen que merecería volver a ser titular, como en el debut ante Montevideo City Torque.

Con ese debate abierto, su posición en la cancha es la otra interrogante: “En mi momento en Venezuela jugaba mucho por la banda izquierda y en el transcurso de mi carrera me fueron convirtiendo en un enganche”, dijo el venezolano, que reconoció que se adapta “bastante bien” a las dos funciones.
Apodado el Scorpión por un relator, por ser “chiquito, pero peligroso”, se decantó por Uruguay luego de una charla con el arquero Damián Frascarelli, quien le dio a Ovación más referencias: “Es muy parecido a Leo Fernández, incluyendo la pegada, que es muy buena. Técnicamente es muy bueno y muy pensante. Sabe resolver rápido. Es de los típicos 10 de antes que necesitan un mimo y sentirse importante par desplegar el fútbol que sabe”.