En base a La Nación/GDA
El título mundial con la selección de Argentina mata otras penas y es un placebo para dolores nuevos, pero eso no quita que la vida de futbolista de club de Lionel Messi ingrese en un sendero de múltiples interrogantes e incertidumbres. La eliminación de Paris Saint-Germain ante Bayern es una bisagra en la temporada. Otro mazazo para un club que siempre considerará que su opulento proyecto estará incompleto sin la máxima coronación europea. Ya va más de una década de decepciones. En los últimos seis años, no le alcanzó ni juntando a Neymar y Kylian Mbappé, ni tampoco sumándole a Messi en las últimas dos temporadas.
Un equipo concebido para que el ataque resolviera y disimulara fallas estructurales se despidió de la Champions sin hacerle un gol a Bayern en 180 minutos. Y no fue porque en el Allianz Arena haya desperdiciado un sinfín de oportunidades. Todo lo contrario. La situación más propicia fue una de Vitinha despejada sobre la línea por Matthijs De Ligt, luego de una presión de Achraf Hakimi para que el arquero Yann Sommer hiciera un pase defectuoso.
Parecía Mbappé que iba a ser una gacela incontrolable con dos corridas al espacio antes de cumplirse 10 minutos, pero luego se frenó, no volvieron a encontrarlo ni por motu proprio dijo “acá estoy yo”. Messi se vio sobrepasado en algunos momentos por la intensidad de Bayern; sufrió en algunos choques con los volantes y defensores del equipo de Julian Nagelsmann.
Tuvo que retroceder bastante porque el circuito de juego de PSG fue escuálido, discontinuo y mal articulado. Pisó poco Leo el área. Llegó en el primer tiempo para conectar un centro de Nuno Mendes, pero quedó encerrado entre Alphonso Davies, Sommer y De Ligt cuando quiso definir. La jugada retrató de alguna manera el acoso alemán para dejar en inferioridad a cada individualidad rival.
Tras un primer tiempo parejo, con la historia abierta para un PSG que debía remontar el 0-1 de la ida en el Parque de los Príncipes, en el segundo se impusieron la potencia y la autoridad de Bayern, superior en las transiciones y en la intensidad para presionar. Entre Thomas Müller y Leon Goretzka se comieron a Marco Verratti en la puerta del área en el gol del 1-0, marcado de cara al arco por Eric Choupo-Moting.
Messi no encontraba vías de juego. Debió conformarse con dos tiros de esquina para sendos cabezazos de Sergio Ramos, lo más peligroso que produjo PSG en la segunda etapa. Bayern se sintió dueño del partido, consiguió el segundo gol con un remate cruzado del ingresado Serge Gnabry y bien pudo golear ante la impotencia y el desconcierto franceses.
Messi, ¿y ahora qué?
Luego de que ganara cuatro títulos en nueve años (entre 2006 y 2015), la Champions League está quedándole repetidamente lejos a Messi. En las últimas ocho temporadas el argentino acumula cinco eliminaciones en cuartos de final (Bayern, Liverpool, Roma, Juventus y Atlético de Madrid) y tres en octavos (Paris Saint-Germain, Real Madrid y Bayern). Ni siquiera consiguió asomarse a una semifinal. En PSG suma dos marginaciones seguidas en octavos, frente a Real Madrid y ahora contra Bayern. Duro para un Messi que ya en 2018 hablaba de la Orejona como “esa copa tan linda y deseada”.
El argentino no logró sumar en una cita trascendente el que habría sido su gol Nº 800, entre clubes y el seleccionado. Para él, la temporada también adquiere otro tono y queda pendiente de definiciones cruciales para su futuro, en el que además deberá jugar su papel PSG.
Por delante tiene 12 encuentros por la Ligue 1, en la que, salvo catástrofe, enfilará hacia otro título, al que no habría que asignarle mayor influencia en las decisiones por tomar. El contrato de Messi vencerá en junio. Su padre, Jorge, ya tuvo conversaciones con los dirigentes para la renovación, pero todavía no hubo una definición, más allá de la buena disposición de ambas partes.
Se entendía que de los dos lados se estaba esperando la campaña del equipo en la Champions. Ahora ya están las cartas sobre la mesa. A diferencia de lo que ocurrió en otras eliminaciones, Messi no se mostró muy afligido tras la derrota en tierra bávara. Casi que su mayor sobresalto fue la inmediata irrupción a su lado de tres guardias de seguridad para frenar a un hincha que había quedado a un par de metros de saludarlo. En la embestida, los agentes llegaron a tocarle un pie, como un rato antes lo habían hecho los atléticos jugadores de Bayern.
¿Tendrá ganas y voluntad Messi de seguir intentándolo en PSG? Recientemente repitió que en su segunda temporada se sintió más cómodo y adaptado a todo, al club y a su vida familiar en París. Pero también querrá saber cuál es el proyecto del club. Por empezar, si siguen los propietarios, el jeque Al Thani y Qatar Sports Investment. En la capital francesa circularon rumores sobre una posible salida para hacer un intento de compra de Manchester United.
Este fracaso alcanza al director deportivo Jorge Campos y al entrenador Christopher Galtier, que correría la misma suerte que Mauricio Pochettino hace un año. El director técnico ya tuvo que responder preguntas sobre su futuro a la salida del vestuario: “Es demasiado pronto. Depende de mi directiva y de mi presidente. Hay decepciones. Así son las cosas. Mantengo el rumbo y sigo concentrado en el final de la temporada con mucha energía y determinación”.
Habrá que ver cómo influye en el humor de Messi la respuesta de los hinchas en el próximo partido en el Parque de los Príncipes. El sábado PSG visitará a Brest y será local el 19 de marzo, frente a Rennes. Cuando se dio el reencuentro con los simpatizantes luego de la eliminación frente a Real Madrid, hubo silbidos para Messi y Neymar. Leo los digirió con cierta indiferencia y hasta evitando el saludo a las tribunas cuando lo hacía el resto del equipo. Ese será otro frente por atender.
Al rosarino también lo interesará saber sobre la reformulación de un plantel que, aunque parezca mentira, en esta temporada se quedó corto, con poco recambio, sobre todo en ataque y en la creación de juego. Cuando faltaba alguno del tridente, el reemplazo era un juvenil. Bayern hizo ingresar en el segundo tiempo a Gnabry, integrante del seleccionado alemán, y a Sadio Mane. PSG no tiene alternativas de esa jerarquía. Ante los micrófonos, Mbappé fue elocuente: “Bayern tiene un equipo hecho para ganar la Champions. Nuestro máximo es esto”.
Lesionado, Neymar podrá reaparecer recién en la próxima temporada, aunque PSG intentará algún movimiento para darle salida al brasileño. Sería la señal más fuerte de la renovación, ya que se desprendería del jugador por el que pagó 222 millones de euros en 2017.
Si no es PSG, hasta ahora lo que le aparece a Messi en el horizonte es la oferta de Inter Miami, con el atractivo de la vida en Estados Unidos que su familia pondera. Vienen días y semanas de especulaciones. Mientras, para recuperar la alegría, Messi viajará en los próximos días a Argentina para reencontrarse con el seleccionado campeón del mundo y darse un baño de cariño y afecto con la gente. También será tiempo para terminar de aclarar las ideas.