No era un partido más. Era la oportunidad para que Peñarol intentara cortar la racha de cuatro partidos sin victorias. La arenga del profe Fernando Piñatares lo decía todo. Los reunió en ronda a todos y mirándolos a los ojos le dejó unas palabras antes de la entrada en calor.
El equipo de Diego Aguirre tuvo un arranque promisorio explotando la banda derecha con el tándem Pedro Milans- Javier Cabrera.
Y, de hecho, por ese sector llegaría lo más claro en la primera parte: Jaime Báez levantó el centro y el Cangrejo definió cruzado para forzar una atajada increíble de Joaquín Silva.
Lo hecho por Ignacio Sosa en el arranque también daba buenas señales, pero desde su amonestación a los nueve minutos todo cambió.
Enseguida llegó un cabezazo de Máximo Lorenzi que Martín Campaña contuvo en dos tiempos y el Patablanca le dejaba claro al rival que no le iba a resultar un juego fácil. Después de esa intervención, el arquero del Mirasol tuvo una mala salida con los pies que puso en peligro su valla, pero Leo Coelho hizo un cierre limpio para extinguirlo.
Desde entonces, fue una masterclass del zaguero brasileño, que suplantó a Javier Méndez y cumplió con creces. Fue el único destacado.
Cada vez que le tocó disputar los duelos aéreos con Diogo De Oliveira tuvo las de ganar y se entendió muy bien con Juan Rodríguez.
Leo Fernández fue de más a menos en el partido y su mejor versión se dio en el primer tiempo, cuando se localizaba cerca del área rival. Así generó peligro por la izquierda apilando rivales y sirviéndole el gol a Cabrera, que se lo perdió.

Ya en el complemento remató muy lejos un tiro libre hecho para su zurda y llegaron los silbidos del Suppici. A lo lejos, donde calentaban los suplentes, Javier Méndez levantaba los brazos arengando al 10, que alzó la vista para verlo.
Peñarol lo intentó con los ingresos de Alexander Machado, Héctor Villalba y Lucas Hernández, pero no tuvieron efecto.
A los 74 minutos Lorenzi anotó el gol que selló el quinto partido consecutivo sin victorias aurinegras, y el segundo con derrota. “¡Diego, así no!”, gritaba un hincha visiblemente enojado en el Suppici. Y el local tuvo chances hasta para ampliar la ventaja con un tiro libre de Cristian Barros que reventó el travesaño. Pero terminó imponiéndose 1-0.
El Carbonero acumula solo seis puntos de 18 posibles y amanecerá a ocho puntos de la cima, aunque pueden ser nueve si hoy gana Defensor Sporting.
Diego Aguirre, que vivió el tramo final a pura caminata con los brazos a los costados y puños apretados, fue autocrítico y dijo que deberán seguir trabajando para “curar las heridas”. Por primera vez en mucho tiempo, múltiples hinchas despidieron al plantel con insultos.
La sorpresa por los no ingresos de David Terans ni Diego García también fue tema de charla, al igual que la salida de Pedro Milans, y el aurinegro deberá trabajar para resurgir.
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