La recuperación de Franco Fagúndez es una de las prioridades que se fijó Álvaro Recoba en el comienzo de su nueva era como director técnico de Nacional.

Por características de juego, por sus dotes técnicos y por el diferencial que le puede aportar en la faceta ofensiva, el entrenador pensó en él para jugar desde el arranque en el armado del primer equipo. Y el futbolista de 23 años le respondió, con un partido aceptable contra Deportivo Maldonado, al menos durante los primeros 45 minutos de juego.

Una (efectiva) presión suya ante la salida de Ángel Cayetano lo habilitó a Bruno Damiani, que entró al área con pelota dominada producto de ese rebote. De no ser porque el arquero Danilo Lerda le ahogó el grito de gol, bien pudo haber sido el 1-0 para Nacional.

En su función como número 10, al rato, hizo de nuevo la diferencia con un pase deluxe (de taco) para Federico Martínez, que se nubló al quedar con libertad de frente al arco. Tampoco terminó en festejo porque, de ser así, el equipo se hubiese ido ganando 2-0 al descanso.

Pese a que su rendimiento quedó opacado por el resultado final (derrota 3-1), Fagúndez se retiró con buenas sensaciones del Gran Parque Central y cada día que pasa comienza a sentirse más cómodo con la idea de juego del Chino Recoba, transmitieron a Ovación desde su entorno.

Foto: @Nacional.

Después de algunos inconvenientes personales que no salieron a la luz, el futbolista sentó cabeza y ahora busca recuperar su mejor forma tras un período que evidenció su baja de nivel durante el primer semestre del año.

Desde su círculo entienden que, a diferencia de lo que le pasaba con Álvaro Gutiérrez, con el que era “imposible que mejorara”, el nuevo entrenador le está dando “toda la confianza” en su esquema para que vuelva a parecerse a aquel que deslumbró a todos en 2022 y por el que José Fuentes llegó a pedir una base de US$ 8 millones a principio de año.

Si bien mantienen algunos reparos con el “mal” manejo que ha tenido el club con su caso, también son optimistas para que se pueda revalorizar.

Para Fagúndez, será importante hacer borrón y cuenta nueva en todos los sentidos y dejar atrás esa versión que lo mantuvo apagado y con un rendimiento irregular durante meses.

No sería la primera vez que un jugador talentoso que pasa por altibajos vuelve a recuperar la confianza tras pasar por las manos de Recoba.

Como ya lo hizo con Brian Ocampo, intentará apadrinar a Fagúndez y, con ese fin, ya tuvo charlas en las que le explicó lo que pretende de él y recibió el visto bueno.

Solo el tiempo dirá si la receta que ayudó a Ocampo -como él mismo reconoció- aplica también para este caso.

“Desde el primer día que llegó, me ayudó mucho, me habló todos los días sobre cómo manejar las pelotas quietas. Siempre nos quedamos entrenando con un par de compañeros más. Nos ayuda a cómo perfilarnos, dónde apuntar”, contó en su momento el hoy jugador del Cádiz, que aprovechó la especialidad de Recoba como futbolista -la pelota quieta- para incorporarla a su juego.

En su momento, Ocampo le retribuyó la ayuda con un festejo de gol que no hizo más que venerar el apodo de Chino. “Fue para él. Nos está ayudando a mí y a todos. Siempre lo veo cerca de alguno, hablándole, aconsejándole. Siempre que se puede nos quedamos después del entrenamiento”, dijo sobre quien fuera ayudante de Martín Ligüera y Jorge Giordano.