Desde que Álvaro Recoba se calzó el traje de entrenador principal de Nacional, su equipo, más allá o más acá, siempre se expuso para ser sinónimo de goles.

¿Cuántos de ustedes recuerdan aquella primera alineación contra Deportivo Maldonado (derrota 1-3), que ubicó a Yonatan Rodríguez como único mediocampista de contención y situó por delante suyo a cuatro volantes de ataque? Es cierto: todo quedó opacado por la mágica noche que tuvo el minuano de 18 años Elías De León (doblete), pero desde la primera performance sus cartas quedaron a la vista.

Y ahora, ¿cuántos se detuvieron a pensar en la evolución táctica que tuvo el entrenador en este tiempo, que aplicó un cambio de sistema (de 4-4-2 a 4-2-3-1) para jugar en Venezuela, que eligió a Alexis Castro (más defensivo) por encima de Gastón González y que aun así siguió pregonando su postura de ir al ataque?

Con una diferencia, eso sí: esta vez tomó más precauciones. Pero le resultó. Dos goles a favor, arco en cero y 22 remates que demostraron que la estadística no se emparejó con el resultado (2-0).

¿Qué cambió entonces del primer Recoba a este último? La idea de proponer, jugar hacia adelante y que Nacional tenga la posesión de la pelota y sea protagonista está claro que no. Como técnico se ha cansado de repetirlo. Sin embargo, en el acierto o en el error, también parece haber aprendido de las lecciones que le ha dado este corto período de tiempo.

Para encontrar la más cercana, basta con detenerse a pensar en sus cambios del entretiempo contra Puerto Cabello. Salieron los tres amonestados (Castro, Christian Ebere y Gonzalo Carneiro) y entró aire fresco (Christian Oliva, Gastón González y Ruben Bentancourt). Y no había otra si quería evitar que el déjà vu de la roja a Leandro Lozano en Belvedere se volviera realidad.

Hay otro apartado para más aciertos y allí entran las variantes, que es en donde generalmente la da en el clavo. Durante su proceso, se ha dado cuenta, la reglamentación de los cinco cambios le vale, y mucho. Más aun en un plantel como el actual, donde abundan las opciones.

Foto: Francisco Flores.

Así es que, de acuerdo al relevamiento que realizó Ovación, hasta ahora hizo uso de esa opción en 10 de sus 13 partidos dirigidos.

Otro dato que marca la cancha a favor del director técnico es que su equipo pregona con el ejemplo. El poderío ofensivo es casi que un denominador común y la afirmación tiene respaldo en los números: Nacional promedia 1,76 goles por encuentro desde su llegada.

Si bien la cifra no es despampanante, al menos le garantiza un gol y algo más por partido. De hecho, si se consideran los amistosos, solamente una vez el gol faltó a la cita (el pasado 19 de enero ante Colo Colo con un equipo alternativo) y también supera a la de goles recibidos (0,8).