Leonardo Coelho rescató a Peñarol con un doblete y llegó a su tercer tanto en 50 partidos disputados con el club. Pero también confirmó que volvió a su mejor versión, aquella que el aurinegro fue a buscar cuando le ganó la pulseada a Nacional y lo contrató por tres años.
La temporada del zaguero viene de menos a más. Si bien arrancó como titular los primeros partidos del Apertura, hubo un antes y un después luego de su lesión ante Cerro. Desde allí, no pudo ser convocado ante Racing, fue suplente en el clásico y luego solo fue titular en uno de seis partidos entre Copa Libertadores y campeonato local.
¿A qué se debió? En primer lugar, a un bajón en su desempeño, y en segundo al crecimiento de Javier Méndez, que pasó de jugar en el medio a acompañar en la zaga a Guzmán Rodríguez y respondió con creces. De hecho, se convirtió en uno de los pilares del equipo hasta que sufrió una lesión en el partido ante Caracas disputado en Venezuela por Libertadores.
Y entonces apareció una nueva oportunidad de afianzarse para Coelho, que no la desaprovechó. Hizo un gran partido ante Wanderers, luego lo revalidó en un juego determinante ante Atlético Mineiro por Libertadores y también estuvo desde el arranque en la obtención del título ante Defensor Sporting. Ayer por la noche, tuvo el partido de la consagración con el Mirasol y lo hizo justo a cinco días de enfrentarse ante Rosario Central en el CDS. Javier Méndez también estará a la orden, pero él llega con rodaje y pica en punta para estar en el 11.