Redacción El País
Contando el de este sábado ya son 142 los partidos oficiales de Luis Suárez con la camiseta celeste de la selección uruguaya, que trazaron un camino de innumerables emociones, pero que poco a poco está llegando a su fin.

El máximo goleador histórico de la Celeste entró por Darwin Núñez para jugar el segundo tiempo del partido por el tercer puesto ante Canadá, y se ubicó en el centro del ataque, su zona de confort y donde supo brillar en sus casi dos décadas como profesional. Con menos velocidad de reacción que en sus mejores días, pero con la convicción, entrega y rebeldía de siempre, que lo convirtieron en uno de los mejores centrodelanteros de este siglo a nivel mundial.

Y cuando el tiempo se iba y las oportunidades pasaban, llegó al gol que él y todos los uruguayos esperábamos: el número 69 de su enorme trayectoria en la selección.

Todavía es una incógnita si el Pistolero continuará a disposición de Marcelo Bielsa para los desafíos que vendrán, que son las Eliminatorias lo más próximo y viable. Pero teniendo en cuenta las pocas oportunidades que tuvo el 9 desde que asumió el argentino, más la cantidad de delanteros uruguayos que vienen pidiendo pista, los de anoche en el Bank of America Stadium fueron seguramente sus últimos minutos por Copa América, y quizás los últimos con la Celeste.

"Cuesta llegar a un partido del tercer y cuarto puesto motivados, pero el orgullo que teníamos que tener hoy es competir para defender la camiseta de nuestro país, que nos representa mucho. Todos sufrimos la derrota del otro día, no había mejor manera de terminar con una victoria hoy, terminar tercero, y sacar las cosas positivas y corregir las negativas", dijo el Pistolero cuando terminó el partido.

Consultado por su continuidad en la selección, fue tajante: "Hoy lo importante es valorar el esfuerzo de todo el equipo, hoy el caso de Suárez es aparte".

Foto: AFP.

Cuando le insistieron sobre el por qué se llevaba la pelota de recuerdo y los gestos de despedida del plantel para con él, insistió: "Lo hice la otra vez en la Eliminatoria cuando me llevé un pedazo de red, pensando que era lo último. Pienso que hay que disfrutar cada momento, cada etapa, nos sabés si puede ser lo último. Si no soy así no estaría con la edad que tengo acá compitiendo".

Cuando terminó el partido, cada uno de los jugadores de Uruguay le dio un apretado abrazo a Suárez, luego de levantarlo en andas y tirarlo varias veces para arriba, en una especie de homenaje a quien terminó el partido con la cinta de capitán, con el gol del empate en los descuentos que salvó el tercer puesto de Uruguay en el torneo, y con su penal de la tanda convertido.