Aunque todavía nada haya salido de su boca, las especulaciones sobre que Juan Sartori pueda llegar a presentarse como candidato a presidente de Nacional en las elecciones de fin de año comienzan a tomar revuelo.

Ya no es solo la idea singular del presidente del femenino, Martín Elgue, para que su deseo de componer una fórmula juntos se convierta en realidad, sino que, de a poco, nuevas voces aparecen y hacen referencia al tema.

Ayer, el secretario técnico de Nacional, Hernán Navascués, se refirió a la situación y dio cuenta de los impedimentos legales que tendría en caso de querer presentarse y antes el dirigente Gustavo Amoza había marcado un manto de dudas sobre la eventual aparición de su figura en el escenario político de diciembre.

El empresario de 43 años, por ahora, se mantiene cauto. Desde su entorno insisten en que su “foco” está puesto en la campaña electoral y el camino del Partido Nacional rumbo a las elecciones internas, que todavía desconoce si lo tendrá o no como precandidato.

De todas formas, en Nacional, vuelve a salir a flote el vacío legal que tiene el estatuto ante el desembarco de actores que no cumplen con la condición expresada en el inciso A del artículo 9, que marca la obligatoriedad de un mínimo de ocho años de socio para tener aspiraciones presidenciales.

Lo que sucede con Sartori es que lleva seis y, por lo tanto, no tendría la antigüedad suficiente. Sin embargo, bien podría apelar a un vericueto y dar la batalla legal, como ya lo hizo -sin éxito- Álvaro Recoba en 2015.

Para el análisis de estos casos, aparecen dos bibliotecas. Están los que dicen que el estatuto es tajante con el tiempo de antigüedad y en otra vereda se paran los que entienden que se puede ser flexible y hacer algunas salvedades.

Hay tres caminos: por un lado, Sartori podría pagar el monto de socio vitalicio (unos US$ 7.300) para adquirir la categoría y entrar directo en calidad de elegible. A Recoba, en su momento, esa jugada no le salió porque la comisión de estatutos respondió con un informe negativo a su pedido sosteniendo que incumplía las condiciones.

Por otro, tendría la chance de pagar para intentar recuperar toda su antigüedad de socio. Lo fue de niño, luego el pago se discontinuó y se hizo de vuelta.

En cualquiera de estas dos vías, si bien el precedente marca que la estrategia no dio resultado, fuentes de la actual comisión señalaron a Ovación que la decisión tuvo un componente “más político que técnico”.

La tercera chance -más sencilla y que permitiría evitar todo este embrollo- sería que acompañe a otra figura como candidato a vicepresidente.

Todo dependerá de él, que por ahora no se ha pronunciado sobre si quiere (o no) participar de las elecciones.